Agentes de la policía y de Aduanas abren los paquetes en los que llegó la cocaína a Valencia desde Colombia.

Los agentes del Grupo de Respuesta Especial al Crimen Organizado (Greco) de Eivissa, en colaboración con el Grupo de Estupefacientes de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Cartagena y la Agencia Tributaria, detuvieron a mediados del mes pasado en Valencia a seis personas, ente ellas un agente de la Guardia Civil, y decomisaron 213 kilos de cocaína que llegaron a España camuflados entre un cargamento de alcachofas.
La mercancía, procedente de Cartagena de Indias, fue interceptada en el puerto de Valencia y parte de ella iba a ser transportada a la Isla, informaron ayer fuentes conocedoras de la investigación. De hecho, aunque las seis detenciones y la aprehensión de la droga se realizó en Valencia, la operación nació en Eivissa, puesto que los detenidos, que ahora vivían en la Península, antes residían en la Isla y desde aquí, supuestamente, organizaron el traslado de la droga desde el Caribe colombiano a España. Todos ellos fueron puestos a disposición judicial en Valencia y fueron enviados a prisión con carácter provisional. El grupo desarticulado utilizaba el procedimiento conocido como ‘gancho ciego', que consiste en introducir la droga en contenedores importados de Sudamérica sin conocimiento de la empresa propietaria del mismo. Además de las detenciones y la droga, la policía ha bloqueado 600.000 euros en cuentas bancarias e intervenido 16.000 euros en efectivo, tres armas de fuego y siete vehículos.
La investigación se inició a finales del año 2009 al tener conocimiento la Policía de la existencia de una organización dedicada a la introducción y distribución de grandes cantidades de clorhidrato de cocaína en distintos lugares de la geografía española, entre ellos Eivissa.

El método del ‘gancho perdido' para el transporte
El grupo traía la droga a España mediante el método de ‘gancho perdido', consistente en ocultarla en un contenedor al que tiene acceso la organización en origen y que contiene mercancía legal para la exportación. Una vez en su destino, y antes de que los verdaderos destinatarios de la mercancía legal accedan a ella, retiran la sustancia estupefaciente. Tras extraer la droga, el grupo precinta nuevamente el contenedor para no levantar sospechas en caso de controles por parte de las autoridades aduaneras.