El fiscal ha pedido cuatro años y medio de cárcel, así como una multa de cuatro millones de euros, para los dos tripulantes de una embarcación que el 15 de enero de este año fue aborda en aguas internacionales, frente a la costa almeriense, con casi dos toneladas de hachís, flete que supuestamente fue realizado por una red holandesa que contaba con Eivissa para sus planes.

El caso debía de haberse visto ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa pero tuvo que suspenderse para que pudiera ser excarcelado uno de los sospechosos, preso en Mallorca, y trasladado a la Isla para comparecer en la vista oral. En un principio dicha persona iba a declarar mediante una videoconferencia con la cárcel de Palma pero sus abogados pidieron la suspensión del juicio para que éste pudiera comparecer en sala. El juicio ha sido señalado de nuevo para febrero.

66 fardos

La investigación judicial ha pasado por distintas vicisitudes desde que el barco en el que iban los dos acusados, un holandés y un belga, fuera apresado por una patrullera del Servicio de Vigilancia Aduanera.

Los 1.978 kilos de hachís que transportaba el barco, repartidos en 66 fardos, fueron desembarcados en Almería pero la causa finalmente acabó en Eivissa, lugar donde, según algunas fuentes relacionadas por el caso, podría acabar el alijo bien para su almacenamiento o bien para su distribución. Al parecer, todo ello devino porque las investigaciones policiales situaron al barco en un amarre de Sant Antoni.

Las investigaciones, sin embargo, arrancaron en la localidad gerundense de Lloret de Mar después de que funcionarios de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado y de Aduanas siguieran desde allí varias líneas de investigación. Los abogados de los acusados pidieron en su día que fuera la Audiencia Nacional la competente para resolver la causa. Todo ello al entender que la embarcación holandesa fue abordada en aguas internacionales por policía española y que en el transcurso de la investigación, además, intervinieron varios juzgados.

Durante la instrucción de la causa también se barajó si se había cometido alguna irregularidad por capturar en aguas internacionales un barco de bandera holandesa. Fuentes policiales, al respecto, aseguraron en su día que se había informado de todo a las autoridades de este país.

Abordados de noche y con la sorpresa de un helicóptero

Un potente faro y un ensordecedor ruido se les vino encima de noche. Así, con un helicóptero sobre sus cabezas, acabó la aventura de los tripulantes de la embarcación holandesa de diez metros de eslora, con supuesto amarre en Sant Antoni, que horas antes había cargado casi dos toneladas de hachís en la costa de Marruecos. Al menos otras dos embarcaciones de Aduanas seguían su ruta cuando se decidió el apresamiento. Nadie prestó resistencia.