Los forenses que realizaron la autopsia al cuerpo de Montserrat Martínez, la joven de Viana do Bolo, en Ourense, cuyo cadáver fue localizado con signos de violencia en abril de 2001, aseguraron ayer que «lo más probable» es que la víctima estuviese todavía viva cuando la arrojó por un barranco el autor confeso del crimen, Manuel Mouriño que fue detenido el año pasado en Eivissa, donde residía desde hacía varios años. Los forenses revelaron ayer que lo más probable es que la joven aún estuviera viva en la segunda vista del juicio que tiene lugar en la Audiencia Provincial de Ourense para determinar si el autor confeso de la muerte de Montse Martínez cometió un delito de asesinato, homicidio doloso u homicidio imprudente.
En su relato, los forenses afirmaron que la joven presentaba «cinco focos de traumatismos en la cabeza» y que el «interior del cráneo había una hemorragia» causada por «uno de los golpes». De hecho, han apuntado que «dos o tres golpes» podría tener «explicación» según la versión del acusado aunque «los otros dos no».
Los forenses explicaron además que tras la autopsia pudieron determinar que «hubo agonía», que podría haberse prolongado «durante minutos o incluso horas», y que «lo más probable» es que «la víctima estuviese viva en el momento de caer por la barandilla», algo que contradice la versión del acusado, quien sostiene que estaba muerta cuando la arrojó por el barranco.
El año pasado un sargento y un agente del Equipo Judicial de la Guardia Civil de Ourense viajaron a Eivissa para detener a Mouriño y regresaron con él a Orense. Ambos investigadores señalaron ayer en el juicio que ya se perfilaba a Mouriño como «asesino de Montserrat» por «las contradicciones en las declaraciones de sus hermanos en su hora de llegada a casa», así como por «el hecho de negarse a entregar la ropa» que portaba aquella noche y las «heridas» que presentaba en «las manos, el torso y el antebrazo derecho».
En su declaración también aseguraron que el acusado estuvo «muy pensativo» desde el momento de su detención en Eivissa hasta su llegada a Ourense y que en un momento les preguntó si estaban «seguros» de que había sido «él» el presunto autor de los hechos. Señalaron igualmente que el acusado les preguntó sobre «las diferencias que había entre los diferentes tipos de homicidio» y «cuál era la pena por matar queriendo o sin querer». Previamente a ser detenido en Eivissa, Mouriño fue condenado en la isla por un delito de violencia machista.