Un residente francés de ses Salines fue condenado ayer a 23 meses de prisión y a hacer frente a una multa de 10.800 euros por haber construido una buhardilla en una casa de esta zona protegida de Eivissa cuando expresamente se le había indicado que no podía hacerlo. No ingresará en la cárcel por carecer de antecedentes.

El caso fue visto ayer ante la juez Clara Ramírez de Arellano, titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa. El acusado terminó reconociendo los hechos que se le imputaban y la causa fue resuelta en una sentencia de conformidad. Su beneplácito conllevó aceptar también que la estructura que construyó, un altura de más en su vivienda, deberá ser derruida y el deberá asumir los gastos que ello conlleve.

Permisos

La vivienda en cuestión está ubicada en una zona considerada como urbana, en la calle Esporles, pero sujeta a las restricciones que impone estar dentro del Plan Natural de ses Salines.

El residente francés que ha sido procesado como autor de un delito contra la ordenación del territorio contaba con un permiso del 14 de enero de 2004 para llevar a cabo obras de embellecimiento en el inmueble. Esta autorización incluía poder realizar obras de adornamiento y enrejado. Sin embargo, la conselleria de Medi Ambient advirtió a dicha persona que, en ningún caso, se podían levantar alturas nuevas donde ya había una estructura consolidada.

Pese a ello, el acusado hizo caso omiso a estas indicaciones e inició a finales de 2007 la construcción de una habitación en la casa, estructura que se emplazó sobre la vivienda que hay en la planta baja. La obra fue concluida totalmente en 2008. La irregularidad fue descubierta por agentes de Medi Ambient que dieron parte a la conselleria y motivó el inicio de un expediente y posteriormente de la apertura de diligencias penales.

Por último, en la sentencia que fue consensuada ayer, también quedó acordado que el vecino juzgado no podrá tampoco realizar actividades como promotor o constructor durante los citados 23 meses.