«Lo que ha resultado acreditado es que quien ejerció vis física frente al acusado fue únicamente la denunciante, quien, según las propias palabras de su amiga, gritaba como una loca y agarraba a éste por el bolsillo de la chaqueta para impedir que él se marchara por su insistencia en hacerlo»..

Ésta es una de las principales razones por la que la titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, la juez Martina Rodríguez, ha absuelto a un joven magrebí cuya pareja, también árabe, le acusó de una agresión y un desmayo después de que ambos coincidieron el 24 de enero en la puerta de un bar del municipio de Sant Josep.

«En cuanto al desmayo, ha resultado probado que no se produjo como consecuencia del supuesto agarrón del pañuelo (en el cuello), sino, tal y como declararon dos testigos, entre ellos un policía local, se produjo unos diez minutos debido a que la mujer comenzó a hiperventilar», agrega la sentencia.

La juez también valora múltiples contradicciones en el relato de la denunciante, como es el caso de quien portaba un supuesto destornillador con el que durante la refriega se produjeron, según dijo, distintas amenazas.

El suceso ocurrió poco antes de las diez de la noche cuando la mujer «requirió al acusado para que le diera su actual dirección, toda vez que hacía tiempo que no sabía nada de él y le había interpuesto una denuncia por abandono de familia», explica la sentencia.

Añade que «el acusado no quería hablar con la denunciante y se marchó. La denunciante le siguió y le agarró por el bolsillo de la chaqueta. Ambos cayeron al suelo. La mujer sufrió luego una crisis de ansiedad».