Alba Mary M.R., de 36 años y vecina de Sant Antoni, ayer, en el momento de ser entregada en el juzgado poco después de las nueve de la mañana. | Marco Torres

Alba Mary M.R., la colombiana de 36 años acusada de matar de una puñalada en el cuello a la que fuera su expareja en el coche de éste, ingresó ayer en la cárcel de Eivissa sin derecho a fianza. La presunta homicida, tras pasar a disposición judicial, mantuvo que atacó a su exnovio cuando éste intentó abusar de ella. Sin embargo, la fiscal, en un caso en el que ni la víctima ni la sospechosa presentaba otras lesiones, solicitó la medida cautelar de prisión por homicidio al entender que no se dan los elementos propios de lo que jurídicamente se considera legítima defensa y que la acción de Alba Mary fue desproporcionada. El informe policial recogió que la mujer sólo presentaba un hematoma en el hombro, pero ésta no solicitó ayer ser reconocida por el forense.

La fiscal también va a pedir a la Guardia Civil que realice un informe sobre los cierres de seguridad del Mazda 6 donde perdió la vida el fallecido, de 31 años. Todo ello encaminado a aclarar si ésta pudo estar encerrada en el vehículo y cómo pudo producirse su huida.

Dos horas

Ésta, a lo largo de una declaración que duró dos horas, relató que César Augusto fue a recogerla a su casa de la calle Cervantes y luego la condujo dentro de su coche a otro descampado cercano. Una vez allí, según su declaración, éste comenzó a manosearla y, en un momento dado, se abalanzó y agachó para intentar desabrocharle los pantalones. Fue en este momento cuando ella buscó un objeto con el que defenderse (señaló que primero pensó en un lápiz) que pudiera haber entre los sillones. Allí encontró un cuchillo de 15 centímetros de hoja, que terminó seccionado la yugular de César Augusto. Al respecto, indicó de manera confusa que hubo un forcejeo pero que no recordaba si lo clavó o la hoja hendió el cuello de la víctima durante la supuesta refriega.

Alba Mary M.R. indicó que, al sentirse herido, su expareja arrancó el coche, instante en el que ella pudo abandonar el Mazda 6. Menos de un minuto después César Augusto Rendón se estrellaba en la rotonda del instituto Quartó Portmany y perecía desangrado.

La acusada reconoció que, tras escapar, corrió a su casa, lugar donde los otros moradores del piso la convencieron para que se entregara.

Desde que fue detenida en la madrugada del lunes, la acusada mantuvo que estaba siendo acosada por su expareja, extremo que la familia y el entorno de César Augusto Rendón no sólo niega tajantemente sino que mantiene que era al revés.

Obligada

Alba Mary M.R. completó su declaración diciendo que esa noche se vio obligada, como otras veces, aunque no se lo dijo expresamente, a verse con su exnovio después de que éste le hubiera chantajeado con dejar de pagar la factura del teléfono y de la conexión con la que hablaba con su hijo, de 6 años, que está en Colombia.

Padre Jesús Rendón: «Ella le atormentaba»

«Mi hermano ya no quería tener absolutamente nada con ella, me lo había contado días atrás, ella era quien lo atormentaba y buscaba para que volvieran. Lo del abuso sexual es todo mentira, conozco a mi hermano y él nunca haría semejante cosa, nosotros fuimos criados con principios bien definidos. Estoy muy mal por la muerte de mi hermano y como sacerdote pido a Dios justicia,. Ella lo mató porque no soportó que mi hermano tuviese una nueva relación».

Éste es el testimonio enviado a este periódico desde Chile por Jesús Rendón Giraldo. «Como sacerdote pido a Dios justicia. Voy desde Chile hacia Colombia y removeré cielo y tierra para que se haga justicia. Debo ir a sepultar a mi propio hermano y esto no tiene precio. Que Dios perdone a esta salvaje mujer y me da bronca porque la consideraba como de mi propia familia».