El locutorio donde se produjo la pelea está ubicado en la calle Vara de Rey de Sant Antoni. | Marco Torres

El 15 de junio de 2008, en las inmediaciones de un locutorio de la calle Vara de Rey de Sant Antoni, se produjo una fuerte pelea. En ella estuvieron involucrados los ciudadanos magrebíes K.E.O y M.B.Z, que ahora se enfrentan a un año de prisión por un delito de lesiones que, supuestamente, se originaron uno a otro.

El juicio sobre este caso se celebró ayer por la mañana en el Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa y en él declararon los dos implicados acompañados de la principal testigo del caso, M.R.A, expareja de uno de los acusados y dueña del locutorio.

Según se constató durante la sesión, lo único que está claro es que los hechos se desencadenaron en el momento en que K.E.O acudió al lugar y se encontró con M.B.Z, que en aquel momento era el encargado del locutorio.

Distintas versiones

A partir de ahí, la historia varía según las versiones de cada uno de los implicados.

En este sentido, K.E.O, incurrió durante su intervención en numerosas contradicciones. Aseguró, entre otras cosas, que no era pareja sentimental de la dueña del local, sino que ella únicamente acudía a limpiar a su casa, o que M.B.Z llevaba un cuchillo en sus pantalones en el momento de salir de detrás del mostrador cuando en su primera declaración afirmó que eran unas tijeras. Además, también afirmó que su contrario le insultó para provocarle llamándole en repetidas ocasiones «moro de mierda».

Por su parte, M.B.Z. contó ante la jueza que fue K.E.O «el que entró en el locutorio con ganas de pelea, cogiendo golosinas y tirándolas al suelo con desprecio y sin pagarlas». Después, cuando se le reprochó su actitud, se desencadenaron los hechos que concluyeron con la nariz rota del encargado, debido a un puñetazo, y con varias fracturas provocadas por las patadas que recibió cuando estaba en el suelo fuera del locutorio.

Esta misma versión también la corroboró la mujer que, viendo la situación de su encargado, fue la que le trasladó hasta el hospital Can Misses. Además, M.R.A. aseguró que tuvo una relación sentimental con K.E.O hasta que presuntamente éste la agredió en la vivienda que ambos compartían cuando ella le solicitó los 2.000 euros que le había dejado para ayudar a pagar la casa y hasta que el ciudadano magrebí le arrojó toda su ropa a la calle delante de todos los vecinos.

Por todo ello, el ministerio fiscal solicitó para K.E.O una pena de 9 meses de prisión y un año y medio de alejamiento de M.R.A, y un año de cárcel, 18 meses de alejamiento y una indemnización de 429 para M.B.Z, quien se enfrenta a una pena de un año de cárcel, 18 meses de alejamiento y a una indemnización de 226 euros.