Declaraciones de la parricida de Menorca en el juicio. | IB3

Mónica Juanatey no admite haber matado a su hijo, pero no deja otra posibilidad a su defensa. La mujer de 34 años acusada de ahogar en la bañera a su hijo César, de nueve años y luego deshacerse del cadáver en una maleta que tiró en una finca asegura no recordar cómo murió su hijo. En la primera sesión del juicio que comenzó ayer, tampoco lo negó: «¿Considera la posibilidad de que hubiera sido usted?», le preguntó su abogado. «Sí», respondió. Cabizbaja todo el juicio repitió en varias ocasiones dos frases que comprometen las tesis de su defensa: «No había nadie más» y «¿Qué accidente puede tener un niño de nueve años en una casa?». Con la primera admite que sólo ella pudo causar la muerte de César. La segunda rechaza la hipótesis del que se encontrara a su hijo sin vida.

La acusada -que se enfrenta a 20 años de prisión- se desdijo ante el jurado de la confesión que hizo ante la policía y en el juzgado. En dos declaraciones admitió haber ahogado a su hijo en la bañera. Ayer dijo que su confesión estuvo inducida por los agentes que la interrogaron. Ambos policías, sin embargo, recordaron que leyeron hasta en tres ocasiones sus derechos a la detenida, dos de ellas en presencia de su abogado.

Sobre lo ocurrido el día que ocurrieron los hechos en julio de 2008, Juanatey relató: «Le pedí el coche a mi pareja para hacer la compra. Le dejamos en el trabajo a las siete de la mañana y fuimos a desayunar. Después preparé el baño a César, fui a la cocina a limpiar los cacharros de la cena y no recuerdo más». La siguiente imagen que asegura tener es ella en el cuarto de baño con el cadáver de su hijo en brazos. Estuvo con él así -según dice- dos o tres horas. Después metió el cuerpo en una maleta roja junto a los objetos personales del menor. Dio vueltas con el coche y se deshizo de la maleta. «Ni se dónde lo dejé», afirmó después de haber dicho que el hallazgo no se produjo en el lugar donde ella había tirado el cuerpo. A preguntas del fiscal aseguró que no sabe tampoco por qué reaccionó así: «Es que no se lo que ocurrió».

Lo que sí admitió Juanatey es toda la cadena de mentiras que mantuvo los dos años siguientes para ocultar lo ocurrido. Así, relató cómo hizo que el menor le llamara tía ante su pareja en ese momento y como contó en Menorca que el niño -su supuesto sobrino- había muerto en un accidente de coche. Incluso dio esta versión a su actual marido, con el que se casó una vez que ya había sido detenida.

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Sobre el momento de los hechos, Juanatey aseguró también a preguntas de su defensa, que César nunca se bañaba solo. Incluso señaló que le hubiera regañado si el niño hubiera entrado él sólo en el baño.

Además de la acusada, en las sesiones de mañana y tarde de ayer desfilaron los principales testigos de la causa. Los padres de Juanatey que fueron quienes enviaron al niño a Menorca desde Noia se acogieron a su derecho a no declarar contra un familiar.

Los agentes del Grupo de Homicidios de Cuerpo Nacional de Policía encargados de la investigación recordaron cómo las iniciales que se encontraron en el interior de un estuche en la maleta llevaron a identificar a César Juanatey. A partir de ahí se estrechó el círculo que llevó a que tres días después de la aparición del cuerpo, el 23 de noviembre de 2010 se detuviera a la mujer.

También declararon las tres sucesivas parejas que tuvo la acusada. El padre adoptivo contó cómo desde que llegó a Menorca, Juanatey nunca quiso haber con su hijo. El hombre con el que convivía cuando ocurrieron los hechos relató que no notó ningún cambio en ella después de que le dijera que César se había marchado. El juicio continuará hoy y mañana.