Un grupo de jóvenes en la entrada del tanatorio de Daganzo, donde han acudido a despedir a Katia Esteban Casielles, de 18 años. | Fernando Villar

El juez decano de Madrid, José Luis González Armengol, ha asegurado este viernes que el aforo de la fiesta del Madrid Arena -en la que fallecieron tres jóvenes mientras que otras dos permanecen ingresadas- «superó con creces lo legalmente permitido».

A eso ha añadido que de los hechos se podrían derivar «posibles responsabilidades civiles, tanto por parte de la empresa organizadora como subsidiariamente por parte de la Policía Municipal». Por su parte, el vicealcalde de Madrid, Miguel Angel Villanueva, aseguró ayer que, según la información recopilada, no hubo exceso de aforo dado que Madrid Arena cuenta con una capacidad de 10.600 localidades y la organización de la fiesta comunicó que vendió 9.650 entradas para el evento.

En una rueda de prensa improvisada en los Juzgados de Plaza Castilla, Armengol ha apuntado que, conforme a las fotos vistas en Internet, «el aforo de la fiesta ha podido superar con creces el permitido» y ha señalado que los jóvenes «estaban completamente pegados».

Así, ha llegado a afirmar que había «cuatro personas por metro cuadrado, es decir, una persona por baldosa». Armengol ha explicado que su hija estuvo en la fiesta y pudo ver en primera persona las aglomeraciones y las personas que caían.

Respecto a la investigación judicial, el decano ha señalado que puede ser «compleja» porque hay que analizar los testimonios relativos al tema de las bengalas, del que ha dicho que «ha podido ser un elemento causal fundamental». «Ha podido ser una concausa, es decir, un cúmulo de circunstancias», ha explicado.

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LA BENGALA COMO DETONANTE

«La persona desalmada que lanzó la bengala ha podido propiciar las aglomeraciones», ha añadido después de apuntar que los mecanismos de evacuación «tienen que estar previstos desde el inicio». Es por eso por lo que ha insistido en que el tema fundamental en el que se está centrando el caso es en la «falta de seguridad», con la presencia en la fiesta de «menores de edad y más gente de la permitida legalmente».

De este modo, Armengol ha recordado que la Policía Municipal «tiene la competencias ya que hay ordenanzas en materia de espectáculos públicos». «Estamos hablando de ilícitos administrativos por faltas muy graves. Todo ello ha propiciado una infracción legal. Ya hay diligencias por tres muertes y se verá si son intencionadas por incumplimiento grave en materia de seguridad o por imprudencia», ha apostillado.

A continuación, el juez decano de Madrid ha aseverado que se podrían desprender «responsabilidades civiles», siempre hablando desde la presunción de inocencia. «La primera de la empresa organizadora, y ya subsidiariamente de la Policía Municipal», ha añadido después de apuntar que existe la obligación de hacer las comprobaciones oportunas para ver si se cumplían las medidas de aforo. Es por eso que considera que podría haberse producido una «infracción muy grave en la Ley de Espectáculos».

En cuanto a los menores que supuestamente se colaron en la fiesta, Armengol ha remarcado que la principal responsable es la empresa, la que tiene el encargo de contratar la seguridad en el edificio.

También ha afirmado que «esta tragedia podría haber sido mayor en el caso de que se hubiera suspendido la fiesta». «Fue una decisión ajustada por la magnitud que hubiera sido el desastre. La decisión fue muy acertada y evitó males mayores», ha remarcado.