Cuatro miembros de una familia, tres mujeres y un hombre, han sido condenados a penas de prisión por su relación, más o menos directa, según los casos, en dos atracos cometidos a mano armada y cara tapada en dos hoteles del norte de la Isla, en uno de los cuales trabajaba como recepcionista una de las acusadas. Aunque la magistrada Clara Ramírez de Arellano, titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, ha impuesto penas de cárcel a todos ellos, tan solo el varón tendrá que ingresar en prisión, ya que ninguno de los cuatro cuenta con antecedentes penales y la única pena que supera los dos años es la suya. Se trata de D.E.E.S., de 26 años de edad, que ha sido condenado a un total de cinco años y medio de prisión, de los que cuatro y medio son por un delito de robo con violencia y los otros doce meses son por un delito de hurto.

El primero de los atracos fue perpetrado a las cinco menos cuarto de la madrugada del 8 de agosto del año pasado en el Hotel Presidente, en la playa de Portinatx. Según la sentencia, D.E.E.S. entró en el establecimiento con la cara tapada con un pasamontañas, una pistola y un spray con una sustancia desconocida en su interior con la que roció la cara del recepcionista, al que conminó con la pistola a que se quedara en el suelo. «El acusado se dirigió entonces al mostrador de la recepción y cogió las llaves de la caja fuerte», dice la sentencia. En total, se llevó 15.352,15 euros. A causa del spray en los ojos, el recepcionista sufrió irritación en los mismos, pero no precisó asistencia médica. Por este hecho, una falta de lesiones, la juez ha impuesto a D.E.E.S. una multa de 2.880 euros. Este acusado se encuentra en prisión preventiva desde el 23 de septiembre del año pasado.

Por su parte, A.E.S., hermana del anterior, ha sido condenada por la comisión de un delito de hurto a 15 meses de cárcel. Esta condena deriva del segundo de los atracos, cometido el 7 de septiembre de 2011 a las dos menos cuarto de la madrugada. D.E.E.S., de común acuerdo con su hermana, A.E.S., que trabajaba de recepcionista en el Hotel Club Cala Verde, en es Figueral. El primero acudió, con la cara tapada con el pasamontañas y la pistola, al establecimiento, donde en ese momento estaba trabajando su hermana. eAmbos habían preparado el hecho, por lo que en momento alguno ella, que actuaba con intención de obtener beneficio económico, se sintió atemorizada, sino que, al contrario, facilitó a D.E.E.S. la sustracción, pues previamente le había indicado dónde se encontraba el dinero en efectivo, y por si ello no fuera suficiente, le entregó otro sobre en el que había más», señala la juez.

Pero D.E.E.S. no acudió solo para cometer este falso atraco, sino que lo hizo con la que, al parecer, entonces era su pareja, E.B.D., de nacionalidad argentina, que también llevaba el rostro cubierto y esgrimía una pistola que le había facilitado él. El botín que entre los tres obtuvieron ascendió en esta ocasión a 14.579,69 euros.

Receptación

Una vez que los investigadores descubrieron la trama y los tres fueron arrestados, fueron enviados a prisión provisional. Cuando, el 23 de septiembre de 2011, A.E.S. abandonó la prisión, encontró en la vivienda que compartía con su hermano 5.000 euros, un dinero que le correspondería a ella por su participación en el robo en el Hotel Cala Verde de es Figueral, lo que le comunicó por teléfono a su madre, E.N.S.G. Esta mujer, «residente en Tenerife, conocedora de los pormenores de la indicada sustracción y sabiendo que dicho dinero procedía de la misma, le indicó a su hija que ingresara el dinero en dos cuentas corrientes bancarias cuyos titulares eran la propia E.N.S.G. y otra hija, lo que así hizo A.E.S.», se apunta en el capítulo de hechos probados.

Una vez detenida, la madre entregó los 5.000 euros a la justicia. La juez le ha impuesto una pena de seis meses por un delito de receptación.