La niña de 16 meses secuestrada hace ocho días por el joven de 25 años Jonathan Moya González y cuyo cuerpo sin vida fue encontrado este jueves en una balsa de riego, falleció de, al menos, un «golpe en la cabeza», según se desprende de los primeros datos de la autopsia.

El informe preliminar elaborado por los forenses del Instituto de Medicina Legal de Almería (IML) apunta a que el deceso se produjo en un periodo comprendido de «dos a cinco» anteriores al hallazgo del cadáver, por lo que se han remitido muestras de tejido al Instituto de Toxicología de Sevilla para determinar el momento exacto en el que se produjo la muerte.

El fallecimiento de la menor, hija de la compañera sentimental del autor confeso de los hechos, se produjo de manera violenta a causa de golpes «múltiples» en la cabeza. El informe indica, asimismo, que el cadáver, sumergido en la balsa de riego, estaba en el interior de una bolsa «con piedras» para evitar que permaneciese a flote y dificultar que pudiera ser visto.

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Balsa

Jonathan Moya González indicó a los agentes de la Policía Judicial en el transcurso del interrogatorio tras su detención dónde se encontraba la menor, cuyo cuerpo fue recuperado pasadas las 22.00 horas del jueves por buzos de la Guardia Civil.

La balsa de riego que en la jornada de ayer fue sometida a una nueva inspección ocular para buscar evidencias y rastros que permitan avanzar en el esclarecimiento del crimen está ubicada en Abrucena, junto a la autovía A-92 y a unos 500 metros de la finca paterna donde fue localizado y capturado Jonathan Moya tras una semana de búsqueda.

La madre de la bebé interpuso en Gérgal la denuncia por el presunto secuestro a las 20,00 horas del pasado día 20 y relató a los agentes que su pareja sentimental, a la que señaló como Jonathan Moya, se había llevado «todas sus pertenencias» y a su hija de 16 meses tras mantener una «fuerte» discusión. Se activó entonces un amplio operativo, integrado más de un centenar de agentes con apoyo de medios aéreos y terrestres de la Guardia Civil, para intentar dar con el paradero de la menor.