El fiscal pide cuarenta años de cárcel por dos delitos de asesinato, con la agravante de parentesco, a la madre de dos bebés recién nacidos que fueron hallados muertos en congeladores de su vivienda de Pilas (Sevilla) en noviembre de 2012. Según la acusación del fiscal, a la madre de los dos bebés, Sara L.H., se le deben imponer por cada uno de los dos delitos de asesinato 20 años de prisión, y pide también una indemnización a su marido de 300.000 euros y de 30.000 a cada uno de sus dos hijos, de 14 y 12 años.

Sara L.H. cumple prisión preventiva desde que su marido encontró el primer cuerpo, el 9 de noviembre de 2012, hallazgo al que siguió el de otro cadáver de recién nacido, el 27 del mismo mes, cuando limpiaba otro congelador de su casa. Los informes de la autopsia indicaron que ambos bebés, los dos varones, habían nacido vivos, tras un embarazo normal, y que respiraron antes de morir por asfixia.

Según el fiscal, en ambos casos la acusada dio a luz en su domicilio sin ayuda de nadie, y en el primer caso «llevando a cabo su plan preconcebido, provocó la asfixia del bebé por medios que se desconocen hasta causarle la muerte».

En bolsas

Después envolvió el cuerpo en bolsas y «lo ocultó en un arcón congelador que se encontraba en la cocina del domicilio familiar» junto con alimentos y «de forma que quedara oculto».

En el segundo caso, la acusada, tras volver a quedar embarazada de su marido, «decidió igualmente ocultar el embarazo para dar a luz a su hijo y quitarle la vida», para lo cual «no acudió al médico y simuló con fajas su aumento de peso». La acusada «sumergió a su hijo en la bañera ahogándole y provocándole la muerte por insuficiencia respiratoria aguda», relata el fiscal. Al igual que en el primer caso, la acusada metió al bebé en una bolsa de basura junto con la placenta y el cordón umbilical, todo cual «ocultó en el último cajón del congelador de la nevera», que sólo ella utilizaba y en el que también introdujo varios alimentos.

Poco después de ingresar en prisión, la acusada dio a luz, el 30 de noviembre de 2012, a su quinto hijo, una niña cuya tutela fue otorgada al padre.