Un día después de la muerte de un turista polaco que disfrutaba de un ‘party boat’ en Cala Tarida, el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Serra, fue tajante y afirmó que este "desgraciado caso puede llegar a hacernos replantear incluso la prohibición (de esta actividad)".

Serra dijo que ya en el Consell d’Alcaldes, que originó el acuerdo para crear un decálogo de buenas prácticas de esta actividad, se barajó este extremo «por su peligrosidad», aunque finalmente se optó por «intentar regularizarla junto con los empresarios del sector» y así "minimizar la posible falta de seguridad".

A pesar de la dureza de su discurso, el presidente mostró cautela y manifestó la necesidad de esclarecer «las circunstancias que han concurrido para que se haya dado esta situación», para lo que señaló espera conocer los resultados de las investigaciones de la Guardia Civil, los resultados de la autopsia y, finalmente, dilucidar si la embarcación cumplía o no tanto la normativa vigente como el citado decálogo de buenas prácticas de los denominados ‘party boats’. Asimismo, Serra lamentó la muerte e incidió en la necesidad de atajar la "imagen de inseguridad y descontrol» que dan sucesos de este tipo «a una isla 100% turística".