Dos Rolex robados en la presente temporada que han sido recuperados por el Cuerpo Nacional de Policía. | ultimahora.es

Los robos violentos de relojes de lujo son un buen negocio. De hecho, cada año varios grupos de italianos, ya sean de la Camorra napolitana o de la ‘Ndrangheta calabresa, se instalan en verano en Eivissa y perpetran varios de estos golpes. Son grupos «muy especializados, muy profesionales», en palabras de los expertos policiales. Pero este año algo está cambiando. Al parecer, aunque el riesgo es importante, el negocio de los Rolex es tan apetitoso que esta temporada han surgido grupo de advenedizos, lo cual está generando una especie de guerra entre estos, que son de origen marroquí, y los auténticos profesionales, «los de toda la vida», es decir los italianos y su profesionalidad a la hora de actuar. Este año se han registrado enfrentamientos en estos grupos antagónicos con el fin de intentar robarse entre sí las piezas sustraídas.

Las bandas del Rolex mantienen desde hace años la misma forma de trabajo. Un grupo formado por personal experimentado se encarga de seleccionar a las víctimas. Para ello vigilan los espacios de la ciudad en los que se ubican los establecimientos más lujosos. La zona de la avenida Vuit d’Agost y el Passeig Joan Carles I es uno de esos espacios. Después, una vez seleccionado el usuario de la joya, tratan de averiguar sus hábitos y buscar el momento apropiado para dar el golpe.