El Juzgado de lo Penal número 4 de Huelva ha absuelto a José Bretón, condenado a 40 años de cárcel por el asesinato de sus hijos Ruth y José, del delito de malos tratos psíquicos habituales contra la que fuera su mujer y madre de los pequeños, Ruth Ortiz.

La sentencia señala que no existen pruebas irrefutables que demuestren su culpabilidad y «al no tener el convencimiento de la responsabilidad del hecho punibles por evidencias claras y tangibles», como reconoce la Constitución, debe darse lugar a la absolución del acusado.

Se indica que de la prueba practicada en el juicio se desprende «la existencia objetiva de determinadas situaciones de desacuerdos entre la pareja» en las que él usaba expresiones como «pide lo que te salga de los huevos» o «estoy hasta los huevos» o «me suda la polla lo que tú digas».

Sin embargo, «no consta que tales expresiones fueran realizadas con el expreso ánimo de vejar a la denunciante ni que esta efectivamente se sintiera así por ellas, ni que en concreto estas fueran referidas con frecuencia con ánimo despectivo por el acusado, ya que los escasos capítulos narrados por los testigos de la acusación, como indicativos de la mala relación entre ambos suceden con la periodicidad de casi uno al año».

Asimismo, precisa la juez que la falta de ratificación efectiva de la denuncia original por parte de Ruth Ortiz en el juicio, donde se negó a declarar, no puede por menos que «introducir dudas razonables a propósito de la verdadera existencia de los hechos objeto de imputación».

Procede por ello, y en rigurosa aplicación del principio «in dubio pro reo», un pronunciamiento absolutorio con declaración de oficio de las costas procesales, añade.

José Bretón se enfrentaba por esta causa a tres años de cárcel así como a la prohibición de comunicarse por cualquier medio y aproximarse a Ruth Ortiz a menos de un kilómetro durante cinco años y que la indemnizara en concepto de responsabilidad civil con 9.000 euros, en el caso del fiscal.

La acusación fue ejercida únicamente por la Fiscalía al desistir, apenas una semana antes del juicio, Ruth Ortiz de la acusación particular que mantenía desde que interpusiera la denuncia, un día después de la desaparición de sus hijos, en octubre de 2011.