Los agentes de la Guardia Civil inspeccionan la lancha abandonada por los ladrones en sa Xanga, pasada la Sal Rossa. | Toni Escobar

Lo tenían todo muy bien calculado. Juan Escandell, el primer oficial del Posidonia, explicó ayer que los tres ladrones que saltaron al mar desde la borda de este barco de Baleària y a los que después recogió un cuarto compinche en una lancha semirrígida habían instalado un toldo en medio del casco para facilitar la operación. De esta manera, señaló Escandell, saltaron desde la borda al toldo y del toldo, al agua.

Escandell también señaló que los ladrones fueron sorprendidos por uno de los marineros del Posidonia que realizó una ronda por el garaje del barco y los vio subidos en el techo del furgón de Prosegur soplete en mano. Con el fin de que el humo no hiciera saltar las alarmas antiincendios, explicó ayer el primer oficial del barco, los ladrones colocaron guantes en los sensores. Todo ello no les sirvió de nada, pues tuvieron que huir sin el botín. Mientras tanto, la Guardia Civil continúa con la búsqueda de los cinco ladrones, por ahora sin resultado. Además de los tres que iban en el Posidonia y el conductor de la lancha, cuando arribaron a sa Xanga, pasada la Sal Rossa, les esperaba un quinto compinche en un vehículo con el que emprendieron la huida.

Al parecer, en la lancha habían instalado un dispositivo para que, una vez que ellos la abandonaran se prendiera fuego, pero el sistema no funcionó, lo que permitió a los agentes inspeccionar la embarcación.