Luke con su padre en una imagen de la página de Facebook ‘Justice for Luke Rhoden’.

En las diligencias judiciales relativas a la investigación del caso de la muerte del joven británico Luke Rhoden se incluyen las palabras de un médico del servicio el 061 que acudió en la ambulancia al lugar del suceso, el Ibiza Rocks Hotel, y que dijo en el mismo momento en que se estaba atendiendo al turista que el hecho de haber administrado dos inyecciones de valium fue «precipitado». Antes que el 061 llegó al lugar el doctor Santiago Akoskin, que trabaja «con varios hoteles haciendo las urgencias», según explicó él mismo, y que administró al joven británico dos inyecciones de valium. «Le puse una dosis de diazepán (valium) en dos inyecciones [una primera de cinco miligramos y la otra de diez], y eso no puede causar una parada cardiorrespiratoria a nadie», explicó el martes Akoskin.

Por su parte, este médico especializado en cirugía torácica señaló a los agentes de la Guardia Civil que acudieron a reducir a Rhoden como los posibles causantes de su fallecimiento: «Al policía que lo estaba asfixiando le dije tres veces [que le quitara la porra del cuello] y a la tercera retiró el bastón». Akoskin aseguró a este periódico que un agente puso la porra en el cuello del turista para reducirlo y que por tres veces le advirtió: «Estás asfixiándolo, pero me respondió mal: ‘Yo sé lo que hago’». Las palabras de Akoskin refuerzan las sospechas del padre del joven, Norman Rhoden, que ha denunciado en los medios de comunicación que pudo haber «brutalidad policial» a la hora de reducir a su hijo. «Asumo que mi hijo podría haber consumido drogas, pero la cuestión es averiguar si mientras tanto se ejerció una fuerza excesiva que le provocó un ataque al corazón», señaló Norman Rhoden.

Posible imprudencia

Por otra parte, en la investigación interna que está llevando a cabo la Guardia Civil sobre la muerte de Rhoden se está intentando averiguar si el doctor Akoskin cometió una imprudencia al administrarle al joven dos inyecciones de valium.

Luke Thomas Rhoden, un joven muy fuerte de 25 años de edad, jugador de rugby en su ciudad natal, Wigan, en el norte de Inglaterra, falleció el día 4 por un ataque al corazón tras ser reducido por agentes de la Guardia Civil después de haberse descolgado desde una primera planta del Ibiza Rocks Hotel.