La Audiencia Provincial de Alicante ha impuesto 12 años de cárcel a la mujer que arrojó a un patio de luces a su bebé recién nacido, que fue rescatado con vida a las 40 horas, después de que a un vecino le pareciera oír los maullidos de un gato.

El fallo de la sección tercera de la Audiencia condena a esta mujer, de 27 años vecina de Alicante aunque natural de Madrid, por un delito de asesinato en grado de tentativa con la agravante de parentesco.

Además, le inhabilita a la patria potestad y a comunicarse en cualquier forma con el menor durante 15 años, y le obliga a pagar 30.000 euros de indemnización por el daño moral, en una sentencia ante la que cabe recurso de casación en el Supremo en el plazo de cinco días.

Los hechos ocurrieron en la noche del 21 de junio de 2013 cuando la procesada, embarazada de 37 semanas, dio a luz en el baño en su vivienda alicantina a un varón totalmente formado y vivo, de 2.140 gramos y 45,5 centímetros de longitud.

Cortó el cordón umbilical y, «con ánimo de causarle la muerte», lo introdujo en una bolsa y la arrojó a un patio estrecho por el que descienden las bajantes para, seguidamente, empujar al bebé para que cayera en un hueco lateral de unos 3 ó 4 metros de profundidad.

Sobre las 2 horas del día 23, uno de los vecinos del bloque que creyó escuchar maullidos de un gato avisó a los bomberos, que descubrieron que no era un animal al ver en una abertura de la bolsa uno de los pies del bebé.

El menor, cuya tutela ha sido asumida por las instituciones públicas, fue trasladado por una ambulancia del SAMU al hospital, donde únicamente le diagnosticaron la fractura del radio izquierdo.

Por su parte, la mujer fue detenida en el centro sanitario donde había ingresado por sus propios medios dos días antes, el 21, «sin comunicar nada de lo ocurrido» y mintiendo sobre su estado.

Pese a que el abogado de la procesada pidió la libre absolución porque, supuestamente, desconocía su embarazo y con el argumento de que únicamente vio que liberaba de su cuerpo «coágulos de sangre y algo de sangre» antes de echarlos al váter, la sentencia afirma que la mujer actuó con alevosía y «ánimo homicida», como lo reflejan los informes psiquiátricos.

Asimismo, el fallo califica de «milagro» que el bebé «no muriese de hambre y de frío».