El joven, que llevaba unas dos semanas desaparecido, era aficionado a la escalada.

El cuerpo sin vida localizado la noche del pasado viernes en aguas de la Bahía de Portmany corresponde al de José Vicente Soler, de 35 años, según pudo saberse ayer tras el testimonio de un amigo.

El cadáver, que se encontraba en avanzado estado de descomposición, pudo identificarse gracias a un tatuaje que reconoció un amigo del fallecido, según relató un portavoz de la familia.

Unos niños que realizaban unas prácticas de vela en la Bahía de Portmany junto con su monitor fueron las personas que localizaron el cadáver la noche del pasado viernes.

Autopsia

Durante la mañana de ayer se le practicó la autopsia al cadáver de Soler, que determinará las causas de su muerte. En una primera estancia, no se apreciaban signos evidentes de violencia en su cuerpo, aunque no trascendieron mayores detalles sobre las pruebas forenses practicadas.

Aunque se mantienen otras líneas de investigación, la principal tesis de la investigación policial apunta a que Soler, aficionado a la escalada, pudo caer desde un acantilado al mar.

José Vicente Soler desapareció hace unas dos semanas en Eivissa, aunque la operación de búsqueda que inició la Guardia Civil se dio a conocer el pasado viernes, el mismo día en que apareció su cuerpo.

Efectivos de la Guardia Civil, voluntarios de Protección Civil y familiares y amigos buscaban al joven desde hacía varios días según unas fuentes, aunque otras circunscribían la operación de búsqueda únicamente al Instituto Armado, ya que afirman que nunca se activó ningún aviso de búsqueda en los servicios del 112, Protección Civil y Policía Local de Sant Josep, municipio donde parece que desapareció Soler.

Según habían señalado algunos testigos, se le había visto por la zona de Cala d’Hort, aunque familiares y amigos habían recorrido además otras zonas rocosas y cuevas de Sant Josep.