Imagen de un gramófono.

Un hombre de nacionalidad alemana, que reside en Eivissa desde hace 17 años, ofrece una recompensa por recuperar los objetos que le han robado en los últimos años en su casa de Santa Eulària. La mayoría son antigüedades que trajo a la isla de un castillo que posee en Alemania desde 1983 y que, según asegura, son objetos «muy especiales y únicos en el mundo».

El último robo que sufrió fue durante la primera semana de febrero, cuando le sustrajeron una lámpara de techo grande de latón macizo, de un metro de altura y muy antigua, que tiene un valor de 4.000 euros. El propietario, que no estaba en la casa esos días, aseguró que ha estado buscando, sin éxito, esta pieza en los mercadillos de Cala Llonga y Sant Jordi.

Otros robos

Al no encontrarla, ha decidido poner finalmente la denuncia en la Guardia Civil. «Hasta ahora no la había puesto, porque en otros robos no obtuve resultados y no pude recuperar los objetos», explica el alemán, que recuerda que hace dos años le robaron varios muebles y antigüedades, como un ojo de buey de un barco antiguo —«hay muchos, pero no con este dibujo»—, un gramófono o una cómoda, así como materiales de construcción o «piezas nuevas para acabar la casa», como una ducha de vapor, que «por lo que se ve, los ladrones tuvieron que desempaquetar antes, porque no encajaba en su furgoneta». En este caso, la denuncia interpuesta valoró los objetos en 8.000 euros y en 2.000 euros los daños causados en las puertas.

Después de este robo, el propietario decidió instalar un sistema de alarmas en su casa que, según explica, le han funcionado hasta ahora, cuando han vuelto a entrar para llevarse la lámpara, por lo que está estudiando colocar también cámaras de seguridad.

«Nunca dejo cosas de valor en la casa, como joyas o dinero, pero nunca imaginé que también robarían muebles», lamenta este alemán, que hace varios años también sufrió el robo de un quilómetro de cable de cobre, con un valor de 20.000 euros.