En la imagen se ve claramente el recorrido del fuego a través del torrente.

A las 18,56 horas el Ibanat declaraba ya oficialmente controlado el incendio que se inició a las 16,22 horas cerca de la casa número 32 de la vénda de Bellmunt, en Sant Llorenç, municipio de Sant Joan de Labritja. Cuatro camiones de bomberos, dos dotaciones de la Guardia Civil, efectivos de Protección Civil y dos agentes de medio ambiente, ocho brigadistas y una autobomba del Ibanat además de un helicóptero venido de Mallorca actuaron ayer para sofocar el incendio que finalmente quemó un total de 0,5 hectáreas. Según las primeras suposiciones todo apunta a que la causa sería una quema de rastrojos descontrolada, según apuntó el regidor de Sant Joan, José Manuel Marí, aunque al cierre de la edición de este periódico, el Ibanat aún no había determinado exactamente el origen del incendio.

El fuego se inició en un torrente que hay entre la vénda de Bellmunt y la vénda de Safragell y se deslizó hacia ambos lados del torrente, por la parte de abajo un vecino bloqueó con agua el avance de las llamas y lo mismo hicieron los bomberos por la parte superior. No fue necesaria la evacuación de ninguna vivienda de la zona a pesar de haber algunas casas bastante cercanas al fuego.

Varios vecinos observaban, ayer por la tarde, cómo los efectivos realizaban las tareas de extinción, la mayoría de ellos se enteraron del incendio debido a las pequeñas explosiones provocadas por la quema de las cañas que había en el torrente: «Pensaba que era la hormigonera del vecino pero luego salí de casa, vi el fuego y me di cuenta de que el ruido era de las cañas que petaban al contacto con el fuego», comentó Vicent Planells, y otro vecino también dijo que escuchó «un ruido tremendo de las cañas que explotaban».

Joan Oliver, uno de lo vecinos que observaba la extinción del incendio se quejó de la falta de limpieza del torrente: «Nosotros intentamos limpiarlo pero no nos dieron los permisos porque se ve que no es competencia municipal y no nos dejaron tocar nada, además nos dijeron que si limpiábamos el torrente nos podía caer una multa», lamentó Oliver, que señaló que el torrente estaba muy sucio.

Al cierre de la edición de este periódico el fuego ya estaba totalmente controlado aunque todavía no se había declarado la extinción total del mismo.