Andreas Lubitz, en una imagen de Facebook.

El ministro de Interior alemán, Thomas de Maizière, afirmó hoy que, según las fuerzas de seguridad nacionales, en el copiloto del avión siniestrado el martes en los Alpes franceses no se aprecian «indicios de trasfondo terrorista».

En una comparecencia de urgencia, el titular de Interior explicó que, desde que se estrelló el Airbus 320 de la aerolínea de bajo coste alemana Germanwings, los servicios de inteligencia germanos investigaron el pasado de las 150 personas a bordo.

La revisión en dos bases de datos, una de la inteligencia alemana y otra de la policía federal, no arrojó ningún resultado positivo que desatase las alarmas en Berlín y un requerimiento paralelo a Lufthansa, matriz de Germanwings, tampoco aportó nada reseñable, según el ministro.

«Todo va a ser investigado», afirmó De Maizière, que reconoció que los interrogantes «se concentran en el pasado de la persona que asumía el puesto de copiloto» en el vuelo 9525, que cubría la ruta entre Barcelona y Düsseldorf.

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El ministro de Interior agregó que las fuerzas de seguridad alemanas desde el principio han «trabajado para intentar despejar una posible motivación terrorista» en este suceso.

La investigación sobre la tragedia aérea dio hoy un vuelco, después de que la fiscalía francesa anunciase que el copiloto de la nave, Andreas Lubitz, se negó a abrir la puerta de la cabina al comandante cuando éste quiso volver a entrar y accionó el descenso del avión «con voluntad de destruir el avión» por razones que se desconocen.

De Maizière afirmó ayer en rueda de prensa que por el momento no había «ningún indicio sólido» que apuntase a que la catástrofe aérea hubiese «sido causada a propósito por terceros».

«Debemos abstenernos de especulaciones sobre las posibles causas», añadió el ministro.