El gerente de Eiviss Garden, Marco Cleries, inpesccionó ayer por la tarde el invernadero, que presentaba una imagen desoladora. | DE

«Cuando llegué las llamas llegaban hasta el techo del invernadero», explicó ayer a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA el gerente de Eiviss Garden, Marco Cleries, sobre el incendio que la noche del domingo al lunes arrasó el invernadero de unos 800 metros cuadrados que posee esta empresa en el kilómetro 2,900 de la carretera de Santa Eulària.

«Los bomberos estaban de camino y traté de usar un extintor, pero solo servía para hacerle cosquillas al fuego», añadió el empresario. Su cara reflejaba la desolación que sufría tras haber perdido casi todo en el momento más inoportuno: «Teníamos la nave llena, se ha quemado todo lo que había y además en pleno inicio de temporada», lamentó.

Cleries fue alertado por un trabajador de la empresa, cuyo yerno divisó las llamas y avisó a los bomberos y a su familiar. Este último advirtió a los propietarios, que se personaron de inmediato. Por proximidad, llegaron antes que los servicios de extinción, y vieron un escenario dantesco.

El invernadero ardió por completo y con rapidez, ya que dentro se almacenaba todo tipo de materiales inflamables: «Casi todo lo que había en la nave era de fibra de vidrio, plástico y había muchas fuentes y estanques prefabricados de plástico y por ello, el fuego se ha propagado muy rápido ya que en pocos minutos estaba todo en llamas», manifestó Cleries.

Daños materiales

La única fortuna residió en la efectiva actuación de los bomberos –el fuego se declaró poco antes de la medianoche y se dio por extinguido sobre las 3.45 horas del lunes– y por el hecho de que solo causó daños materiales.

En este sentido, Cleries indicó que las pérdidas «pueden rondar los 100.00 euros», aunque señaló que todavía se deben finalizar los informes de los peritos de la aseguradora.

Éstos, que ayer iniciaron su tarea, la completarán a lo largo del día de hoy y, una vez dispongan de toda la información, podrá conocerse el alcance económico de los daños sufridos.

Por otro lado, los responsables de la empresa pudieron acceder por la tarde para comprobar el estado de sus instalaciones.

Aunque las llamas únicamente afectaron de manera directa a la nave utilizada como invernadero, que quedó totalmente destruida, la tienda y la oficina colindantes «están hechas un desastre, con las lámparas fundidas por el calor y todo negro por el hollín», según relató el gerente de la empresa.

Durante la mañana de ayer, miembros del cuerpo insular de bomberos continuaban trabajando para evitar que el incendio se reavivara.

Hoy, los peritos de la compañía aseguradora continuarán con el inventario de daños.