«El fuego era un peligro real porque las llamas estaban a escasos 15 metros de la gasolinera pero, afortunadamente, los bomberos y la policía actuaron muy rápido y todo quedó en un gran sobresalto». Son palabras del encargado de la Estación de Servicios Rotonda de Vila, José María Díaz, el primero en enfrentarse a las llamas y quien dio la voz de alerta.

José María explicó que pasadas las 5,30 horas de la madrugada salió de la gasolinera y observó que de la parte trasera de un autobús aparcado salía una columna de humo. «Volví a la gasolinera y cogí un extintor pero cuando regresé al autobús las llamas ya se habían cogido por todo el vehículo».

A partir de ese momento se desencadenaron todos los hechos. José María activó el protocolo de seguridad y alertó a Bomberos, Policía Nacional y Policía Local.

En cuestión de minutos llegó una primera dotación de los Bomberos de Eivissa integrada por un cabo y cuatro bomberos que empezaron a atacar el fuego que ya afectaba a todo el autobús.

El protocolo activado por José María ya había «sellado las salidas de combustible, los cuadros eléctricos y desactivado los gases y líquidos», apuntó.

Paralelamente, los agentes de la policía desplazados hasta la gasolinera localizada a escasos metros de la rotonda de los podencos se encargaron de acordonar la zona y controlar el tráfico de vehículos.

José María hizo hincapié en que la reacción de los servicios de emergencias fue muy efectiva porque «era un incendio de proporciones y riesgo porque el autobús y la plataforma de residuos estaban a escasos 15 metros de la gasolinera. Era realmente peligroso por el calor y los vapores», señaló.

Las llamas estaban acotadas en el autobús y el contenedor que había a su lado izquierdo hizo como “de cortafuegos”, evitando que las llamas se trasladasen a la vegetación que limita el solar y la estación de servicios.

Carlos, otro testigo presencial de los hechos, explicó al PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA que cuando llegó a su trabajo en una empresa del polígono, sobre las 6 de la mañana, escuchó «fuertes explosiones» y se dirigió hacía la gasolinera. «Los cristales estaban reventando y las llamas eran espectaculares», apuntó Carlos.

Los bomberos estuvieron trabajando en la extinción del fuego entre las 6,10 horas y las 7,45.

Apenas dos horas después, sobre las 9,30 horas, volvían a saltar las alarmas ya que, debido al calor o a alguna chispa que se había escapado del primer fuego, el contenedor empezó a prender fuego.

Nuevamente, una dotación de cuatro bomberos se desplazó hasta la zona anexa a la gasolinera CEPSA de la rotonda de los podencos de Vila.

El fuego estaba acotado en el interior del contenedor de unos 6 metros de largo.

Los bomberos, pertrechados con equipos de respiración, estuvieron cerca de una hora apagando y refrescando el interior de la plataforma que contenía residuos.

En la zona permanecía una patrulla de la policía nacional recabando información para la investigación sobre este doble incendio.

De momento, se desconoce el origen del incendio. Algunos testigos presenciales apuntaron que «hay gente que pasa las noches en esa campa y, a veces, encienden fuegos para calentarse».

La campa donde se produjeron los dos fuegos está alquilada por la empresa Transcoma. El encargado de la campa, Ángel Castellón, apuntó al PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA que el autobús fue abandonado en la zona hace tres meses. «A mediados de agosto, un día nos encontramos el autobús aparcado. Días después hablé con un hombre que decía ser el chófer y nos explicó que lo dejaron allí porque se había averiado pero que lo iban a retirar. Y así hasta el día de hoy», indicó.

Ayer por la mañana se dirigieron denunciaron el abandono ante la Policía Local de Vila.

Ángel Castellón explicó que afortunadamente, la noche del jueves, se llevaron una bañera de 10 metros de aluminio completamente cargada de vidrio y que estaba estacionada justo al lado del autobús siniestrado. «Imagínate lo que se podría haber armado si llega a estar esa plataforma», aventuró Castellón.

Siguiendo todos los trabajos de extinción también estaba Álex, el chófer que tenía que trasladar a las 7 de la mañana el contenedor quemado. En esa campa se encuentran los contenedores y bañeras que traen los residuos de Formentera a la planta de Eivissa.