Las llamas originadas en la nevera afectaron la cocina y el fuego no fue a más gracias a dos vecinos que lo controlaron en un primer momento utilizando los extintores del edificio a través de una ventana. | Daniel Espinosa

Eran las 8 de la mañana cuando la densa columna de humo que salía de un apartamento alertaba a los vecinos del número 18 de la calle Federico García Lorca de Platja d’en Bossa.

El fuego se había originado poco antes en la cocina de un piso de la cuarta planta del inmueble de 7 alturas y 28 viviendas.

«Estábamos en casa y salimos alertadas por los gritos de fuego, fuego de los vecinos», apuntaron Estefanía y Jennifer, dos jóvenes que viven en la puerta contigua a la casa afectada por el incendio.

Ellas dos y el resto de vecinos fueron desalojados por la policía y los bomberos como medida de precaución. «La gente estaba nerviosa por el humo y porque no sabíamos si podía haber alguna bombona o algo inflamable en la casa», apuntó Jennifer.

Otros dos vecinos del inmueble fueron los primeros en actuar ante la alarma. Cogieron los extintores que había en el edificio y aprovecharon una ventana de la cocina para atacar el fuego.

Enseguida llegó una patrulla de la Policía Nacional y una dotación de cinco bomberos que continuaron con los trabajos de extinción y que se retiraron tras una hora y media de trabajos.

Con los vecinos ya en el aparcamiento de la urbanización, llegaba el propietario de la casa incendiada. Juanjo había marchado minutos antes de las 7 de la mañana al colegio donde trabaja. «Me llamaron por teléfono y no daba crédito. No desayuno en casa y por ello sabía que no me había dejado ningún fuego encendido. Cuando llegué me asusté mucho porque vi a la policía, a los bomberos y a los vecinos que estaban en el aparcamiento en pijama en la calle, algunos con niños pequeños», explicó Juanjo al PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA.

El dueño de la casa estaba visiblemente apesadumbrado porque «llevaba un tiempo reformando la casa y esto es una faena», pero destacó que lo «verdaderamente importante es que no hay que lamentar ningún daño personal».