La denuncia y movilización de los vecinos de Sant Rafel, cuyo ganado ha sido víctima de diversos ataques mortales, ha obtenido la respuesta de las administraciones.

Ayer, el Ayuntamiento de Sant Antoni instaló diversas trampas en las proximidades de las fincas afectadas para intentar capturar la jauría de perros que en las últimas semanas ha atacado varios rebaños. Según informaron fuentes municipales, el Consistorio ha contratado los servicios de Can Dog.

Además, solicitan la colaboración de entidades animalistas, que harán inspecciones en las zonas afectadas.

Paralelamente, el Consell informó que los propietarios de animales afectados por los ataques podrán acogerse a una línea de ayudas para reposición de ganado.

En los últimos dos meses, más de 40 animales -ovejas, corderos y cabras- han muerto atacadas por una jauría de perros en diversas fincas de Sant Rafel, tal y como avanzó el PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA. En un radio de poco más de un kilómetro se concentran el 40 por ciento del ganado muerto en un año en toda la isla.

El último ataque lo sufrió el rebaño de Paco Bonet, de Can Rafal Puget. El lunes por la mañana se encontró una decena de ovejas y corderos muertos. «Ahora todavía hay otra decena que están malheridas. Desgraciadamente, más de una no sobrevivirá a las heridas».

El miércoles denunció los hechos ante la Guardia Civil y el SEPRONA ya investiga los hechos.

Los vecinos afectados por los ataques a sus rebaños han aportado a la Guardia Civil la foto de los perros «matacabras». La fotografía también ha sido difundida a través de las redes sociales para reclamar la colaboración ciudadana y alertar sobre la localización de unos canes «que están causando una sangría» en los rebaños de Sant Rafel. Bonet explicó que, tras el ataque sufrido en su campo el lunes, su hijo y otros vecinos observaron a los perros merodeando por la zona y el miércoles consiguieron seguirlos y fotografiarlos poco después de cometer otra «tropelía» en una finca situada en las proximidades del hipódromo.

Por su parte, Juan Antonio Marí, de Cas Ferrer, quien ha sufrido la muerte de seis animales, subrayó que «es una lástima que pasen cosas como estas. El valor sentimental es muy grande porque son tus animales y da mucha rabia verlos así, destrozados».