Un menor de 14 años ha sido condenado a cinco años y medio de internamiento por matar en 2015 de varios golpes con una barra de hierro a una limpiadora que le sorprendió robando en un centro comercial de Sevilla.

Fuentes judiciales han explicado que el menor, nacido en Marruecos y con permiso temporal de estancia en España, cumplirá los cinco años y medio de internamiento en un centro, y han añadido que luego existe la posibilidad de que las autoridades españolas soliciten que vuelva a su país de origen.

La pena máxima que puede imponerse a un menor de 16 años que haya matado a una persona es de cinco años, y en este caso la Fiscalía pedía seis años porque acumulaba el delito del robo que cometió cuando se llevó 60 euros del bolso de la asesinada, su móvil y un bonobús.

La pena se fijó el 22 de diciembre pasado tras un acuerdo entre la Fiscalía de Menores, la defensa del menor, que ejerce un abogado al que paga la familia del condenado, y la otra mujer que resultó lesionada durante los hechos, que se pudo reincorporar al trabajo 20 días después de que le quitaran las grapas de las heridas que sufrió en la cabeza.

Para lograr el acuerdo se tuvo que vencer la oposición de la madre del condenado, que vive en Sevilla, tiene otro hijo de 8 años y al que el menor no quiso recibir después de ser detenido por la Policía tras matar con una barra de hierro a la limpiadora, de 62 años, en el centro comercial Nervión de Sevilla en julio de 2015.

La madre, que vive en Sevilla en un piso de alquiler y tiene otro que le concedió la administración, pedía una condena de un año como máximo para su hijo porque aseguraba que lo ocurrido era «un castigo de Dios», según las fuentes consultadas.

Otras fuentes han apuntado que el condenado sufrió abusos sexuales cuando tenía doce o trece años a cambio de dinero, hechos por los que un ciudadano norteamericano ha estado dos años en prisión cautelar por orden de un juzgado de Sevilla.

Tras cometer el robo y matar a la limpiadora, que tenía una hijo de 20 años y una hija de 24 años ya independizada, el menor llamó a un amigo suyo, también de 14 años, y de origen ecuatoriano para irse de compras al centro comercial Los Arcos, cercano al de Nervión.

Allí le regaló el móvil a su amigo, que desconocía el asesinato y al que le dijo que se lo había encontrado, y compraron gorras, camisetas y altavoces de música.

Tras ser interrogado, el amigo del menor dijo que no le extrañó verlo con dinero porque en otras ocasiones que estuvieron juntos le enseñó hasta 400 euros.

El menor condenado, que fue expulsado de al menos un centro educativo, nunca ha querido declarar ante los distintos estamentos judiciales, no ha mostrado arrepentimiento y mantiene una «frialdad absoluta», aunque en el centro de menores en el que está sí ha hablado con el equipo psicológico.

De hecho, han señalado las fuentes, la figura del psicólogo del centro ha sido «clave» para lograr el acuerdo judicial, lo que evitó el juicio, previsto durante varios días a partir del 14 de enero.

El menor podría obtener su primer permiso para salir del centro de internamiento dentro de cuatro años en función de su buen comportamiento y de la autorización del juez, han precisado las fuentes.