El abogado José Ramón García, defensor de Montserrat González y su hija Triana Martínez, durante la última jornada del juicio por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, este lunes en la Audiencia Provincial de León. A la izquierda, la agente de la Policía Raquel Gago, acusada en el suceso. | J.A.Ruiz

El juicio por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco ha concluido este lunes con la petición del fiscal de que las acusadas sean condenadas porque «entre las tres urdieron el crimen».

Antes de que el jurado se reúna para dar un veredicto, dos de las acusadas han hecho uso de su derecho a la última palabra, Triana Martínez para insistir en que fue acosada sexualmente por Isabel Carrasco y la policía local Raquel Gago para proclamar su inocencia.

La primera de las alternativas que ha presentado el fiscal al jurado ha sido la rebajar en un año la pena por el delito de asesinato para las tres acusadas, Montserrat González, su hija, Triana Martínez, y la policía local Raquel Gago, por lo que pasaría de 20 a 19 años.

Si prosperara esta opción, las tres acusadas serían condenadas a 22 años: 19 por asesinato y 3 más por un delito de tenencia ilícita de armas.

Consciente de que esta alternativa será difícil que la avale el jurado, Fernández ha abierto la opción de un delito de cómplices de asesinato para las dos últimas e incluso de encubridora para la policía local.

Esta segunda opción que afecta a Triana Martínez y a Raquel Gago estaría penada con 15 años de prisión, 12 por ser cómplices en el asesinato y tres más por tenencia ilícita de armas.

Finalmente, la tercera alternativa establece condenar a Raquel Gago 3 años por un delito de encubrimiento, que serían seis al sumar la tenencia ilícita de armas.

Fernández ha insistido en varias ocasiones durante su alegato final que con estas opciones lo que pretende es «darle al jurado otras posibilidades» para que las tres acusadas por el asesinato de Isabel Carrasco «sean condenadas».

«Sigo pensando lo mismo que al inicio del juicio, y como no quiero que queden absueltas, les doy estas tres alternativas», ha apostillado dirigiéndose al jurado el fiscal, quien ha admitido sin ambages que no puede arriesgarse a que Triana Martínez y Raquel Gago queden absueltas.

«Para mí, las tres han cometido los delitos de asesinato, atentado a la autoridad y tenencia ilícita de armas, porque las pruebas que aquí se han sustanciado así lo indican», ha remarcado Fernández.

Las tres acusaciones particulares se han sumado a la petición de la Fiscalía y han coincidido en recalcar su convencimiento de la culpabilidad de las tres imputadas, además de considerar a Triana Martínez el «cerebro» del crimen.

La letrada Beatriz Llamas, que representa a Loreto Carrasco, hija de la víctima, en un duro alegato final contra las acusadas, ha insistido en que «las tres» trataron de urdir un «plan perfecto» para acabar la vida de la dirigente política del PP.

El letrado Carlos Vicente Rivera, que representa a Jesús López Brea, pareja de la víctima, ha coincido con su colega en que Triana Martínez fue el cerebro del plan para matar a Isabel Carrasco.

Finalmente, el letrado Ricardo Gavilanes, que ejerce la acusación popular en nombre del PP, ha abundado en las esgrimidos por sus colegas.

Los tres letrados han rechazado lo declarado por Triana Martínez de que fue acosada sexualmente por Isabel Carrasco, y Gavilanes lo ha llegado a calificar de «maldad sin límites».

Montserrat González, que declaró que es la única responsable del crimen, explicó que había actuado movida por el odio ya que responsabilizaba a Isabel Carrasco del despido de su hija de la Diputación de León y de cercenar su carrera política en el PP.

Su hija Triana Martínez y su amiga Raquel Gago negaron conocer el plan para acabar con la vida de Isabel Carrasco, pese a las pruebas apuntan a su participación necesaria, especialmente en el caso de la primera.

Isabel Carrasco, que también era la presidenta del PP en León, murió a las 17.15 horas del 12 de mayo de 2014 tras recibir tres disparos cuando atravesaba una pasarela peatonal sobre el río Bernesga para dirigirse a la sede de su partido en el Paseo de Salamanca.

La Policía detuvo veinte minutos después a Montserrat González y a su hija Triana Martínez como supuestas autoras de su muerte gracias a la colaboración de un agente de policía jubilado que presenció la agresión y siguió a la primera.

Treinta horas después Raquel Gago entregó en la Comisaría de León el arma homicida y explicó que la había encontrado en su coche sin saber cómo había llegado hasta allí, aunque sospechaba que la había dejado sin que ella se percatase su amiga Triana Martínez, con quien, según su versión, se habría encontrado casualmente en la calle minutos después del crimen.