Los propietarios del local y vecinos comprobaron los daños causados por el fuego. | Toni Escobar

Agentes de la unidad científica del Cuerpo Nacional de Policía de Eivissa investigan la intencionalidad de un incendio que ayer arrasó los 116 metros cuadrados del Bar D?Copas y obligó a desalojar una treintena de vecinos del edificio de seis alturas del número 13 de la calle Josep Zornoza. Entre los desalojados, una vecina de 90 años y movilidad reducida, varios bebés y niños de corta edad.

Una de las líneas de investigación abiertas sería la del robo y un fuego causado para eliminar posibles huellas. Ayer, a primera hora del día, dos agentes recogían pruebas y huellas en la puerta del local que había sido forzada. Los agentes también se llevaron muestras dactilares del responsable del establecimiento.

Eran las 3,46 horas de la madrugada cuando los Bomberos recibían la alerta de un incendio en el interior del establecimiento que se encontraba cerrado por reformas. «Precisamente hoy iban a venir a pintar el local y ahora tendré que hacer una reforma integral», señaló Adrián Lozano, el responsable del bar e inquilino del local siniestrado desde hace algo más de un año.

«Estaba durmiendo y sobre las 4 de la madrugada vi que tenía una docena de llamadas perdidas en el teléfono. Eran de la central de alarmas. Les llamé y me dijeron que había saltado la alarma del bar. Cuando llegué ya vi todo el panorama. Los vecinos del edificio en la plaza, muchos bomberos y la policía», apuntó Lozano.

El dueño del Bar D?Copas subrayó que, «afortunadamente, el local tenía una instalación muy segura con material ignífugo. En un primer momento pensé en los vecinos y en que estuviesen todos bien». Unos vecinos que pasaron momentos de tensión y miedo.

Desalojo preventivo

«Estábamos durmiendo y llamaron insistentemente a la puerta. Al abrir había un bombero que nos dijo que abandonásemos urgentemente la casa. Fuimos a coger un abrigo y nos dijeron que no había tiempo que perder», apuntó al PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA Beatriz Egea, una vecina del inmueble. En la casa también se encontraban sus padres, su tía y su abuela, Remedios, de 90 años y movilidad reducida. «Dos bomberos la bajaron a pulso por las escaleras para no perder tiempo», indicó Beatriz mientras revivía con su abuela los momentos de angustia vividos horas antes.

Apuntó que a su abuela la resguardaron en un portal contiguo hasta que pasada una hora los bomberos les permitieron nuevamente el acceso a sus casas. «No se podía respirar. Abrimos las ventanas para ventilar la casa y era peor por el humo que subía del bar», señaló. Carmen, una vecina del segundo piso, indicó que pasó mucho miedo ya que les hicieron abandonar la casa a ella y sus gemelas de 8 años a la carrera.

Antecedentes

La comunidad de vecinos ha convocado una reunión de urgencia para estudiar emprender medidas ya que, según explicaron algunos vecinos, no es la primera vez que tienen algún problema con el inquilino del local. Así, recordaron que hace seis meses sufrieron otro sobresalto por un cortocircuito. Los vecinos apuntaron que aquel siniestro «se originó porque el local estaba enganchado de forma irregular al suministro eléctrico de la finca». A lo largo de la mañana algunos vecinos bajaron para interesarse por el estado en que había quedado el local. En su entrada, habían diversos enseres que los bomberos retiraron durante las dos horas que duró su intervención para controlar y extinguir el fuego. Entre los elementos afectados, una máquina recreativa y un armario de la limpieza.

Hasta el local siniestrado también se desplazaron los dos propietarios de local que quisieron comprobar in situ cómo había quedado su propiedad. «Lo importante es que no han habido daños personales», señaló Jaume Ferrer. Mientras tanto, los agentes seguían recogiendo pruebas y tomando fotografías de los posibles puntos de origen del fuego y de los diferentes cierres de la puerta que había sido forzada.

En los trabajos de extinción actuaron 7 bomberos. Explicaron que el fuego «presentaba un foco principal y varios secundarios porque se originó una llama de mucho calor que se extendió por el techo y se cogió en puntos como una cámara frigorífica o el panel de contadores». Añadieron que la dificultad radicaba en que tuvieron que trabajar con cámaras térmicas por la gran cantidad de humo. La densa columna que emanaba el local afectó principalmente a las dos primeras plantas y al sexto piso debido al «efecto chimenea». La investigación determinará la causa.