Una limpiadora sevillana, con vocación de policía forense, ha resuelto un asesinato en la capital andaluza. Se trata de Carmen, encargada de limpiar uno de los parques de la ciudad, que sospechó que unos pañuelos de papel manchados de sangre que encontró durante su trabajo podían ser pruebas de un asesinato.

La policía había declarado la muerte de una joven en el parque como suicidio, hasta que analizaron las pruebas encontradas por Carmen. La limpiadora recogió cuidadosamente los pañuelos y los llevó a la policía científica, que finalmente le dio la razón. Tras 15 días de investigación las fuerzas de seguridad consiguieron dar con el autor del crimen.

Carmen ha explicado su experiencia en una entrevista concedida a Telecinco.