El hombre acusado de asesinar a su expareja y al hijo de ambos de 5 años tras una discusión en septiembre de 2013 en la barriada malagueña de la Luz ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Málaga a un total de 43 años de prisión.

El presidente del Tribunal ha condenado al procesado por dos delitos de asesinato tras el veredicto emitido por el jurado hace doce días, en el que éste consideró que el acusado «conscientemente y con alevosía» asesinó a su expareja y a su hijo tras acechar, amenazar y acosar constantemente a la mujer porque «era para él o para nadie».

Además ha sido condenado con el agravante de parentesco por un delito de malos tratos habituales, coacciones, cuatro delitos de lesiones y resistencia a los agentes de la autoridad, según la sentencia.

En los hechos probados se subraya que el acusado durante la convivencia y, en especial, desde su ruptura sentimental sometió a la expareja a llamadas constantes, hostigamientos con mensajes y control a través del menor con «excesivas» llamadas.

También en esa época y, en fechas anteriores, la víctima fue sometida a violencia habitual, sin ningún tipo de capacidad de libertad o decisión.

El hallazgo de los cuerpos se produjo en septiembre del 2013 después de que un vecino alertara sobre una fuerte discusión, y al desplazarse la Policía al número 3 de la calle Isaac Peral, en la barriada de la Luz, localizó los dos cadáveres.

El hombre fue sorprendido por el hijo de ambos, que presenció lo sucedido y al que le produjo «la obstrucción de los orificios respiratorios» con la mano y que le ocasionó «una muerte inmediata».

Tras los crímenes puso en la cama a la exmujer y a su hijo y se recostó entre los dos cuerpos sin vida, y horas mas tarde, el padre de ella, al no saber nada, fue a la casa y vio la escena.

El acusado agredió al padre y la madre de su expareja, que habían acudido a la vivienda, y al ser detenido en un control, donde lo pararon por una infracción de tráfico, también arremetió contra dos policías locales y les causó lesiones.

En los fundamentos jurídicos de la sentencia se señala que el acusado cometió «los ataques mortales» de manera brusca, súbita y de forma inesperada, «sorprendido totalmente a las víctimas, especialmente frágil y vulnerable en el caso del hijo, dada su corta edad».

Del delito de malos tratos habituales, el magistrado subraya «los hostigamientos, los insultos y las amenazas que el acusado profería contra la expareja de manera habitual y que culminaron con su muerte».

Respecto al delito de coacciones hacia la pareja sentimental, el magistrado considera que concurre el agravante de parentesco y señala que el acusado la controlaba, vigilaba y le hacía seguimientos.

Durante el juicio, el acusado reconoció los crímenes y pidió perdón a las dos familias: «Mi arrepentimiento es de lo más profundo, sólo quiero estar en paz con Dios, porque el daño que he causado ya no tiene arreglo».