El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró este viernes cuatro días de luto y el izado de las banderas a media asta en señal de duelo por la muerte de cinco policías en el tiroteo ocurrido anoche en Dallas (Texas) en el que también resultaron heridas otras nueve personas.

«En señal de respeto por las víctimas del atentado contra agentes de policía (..) en Dallas (Texas), ordeno que la bandera de EEUU ondee a media asta en la Casa Blanca y en todos los edificios públicos» hasta el 12 de julio, indicó Obama.

La bandera estadounidense también ondeará a media asta en señal de luto en las sedes diplomáticas, en las bases militares y los navíos estadounidenses en todo el mundo.

El ataque se produjo en el transcurso de una manifestación convocada en Dallas (al igual que en otras grandes ciudades de EEUU como Nueva York, Los Ángeles o Atlanta) en protesta por los últimos incidentes de violencia policial con tintes raciales registrados en el país.

En concreto, la protesta se debía a la muerte de Alton Sterling, un hombre negro muerto en Baton Rouge (Luisiana) al que dos policías blancos dispararon el martes a quemarropa cuando lo tenían inmovilizado en el suelo, y del joven Philando Castile, muerto el miércoles en Falcon Heights (Minesota) por los disparos de un policía que le detuvo en su vehículo por una infracción de tráfico.

Según las autoridades, el sospechoso de la muerte de los policías en Dallas ha sido identificado como Micah X. Johnson, de 25 años, quien también murió después de permanecer atrincherado durante más de una hora en un garaje desde el que mantuvo un intenso tiroteo con las fuerzas de seguridad.

Al parecer, antes de morir Johnson dijo que su objetivo era matar a «policías blancos» debido a los incidentes de violencia policial.

Estados Unidos ha vivido repetidos episodios de tensión racial desde hace más de un año, especialmente tras la muerte en Ferguson (Misuri) en agosto de 2014 del joven negro Michael Brown a manos de un agente blanco que luego fue exonerado de todos los cargos.