«Nos bajamos del coche y al poner el pie en el suelo me di cuenta de que el freno de mano no se había fijado. Me subí mientras iba rodando y traté de estirar la palanca al máximo pero no pude hacer nada. Afortunadamente, el coche quedó anclado entre las rocas y todo ha quedado en un gran susto. Mi preocupación era que hubiese alguien en las rocas». Así recordaba Pedro el sobresalto vivido ayer a mediodía en Platges de Comte.

El espectacular accidente se desencadenó pasadas las 11 horas. Cuando el conductor y otros tres ocupantes bajaron del coche, el todoterreno Mitsubishi L200 pick up empezó a rodar hacia uno de los acantilados de Platges de Comte. Habían estacionado en una zona con una ligera pendiente, suficiente para que el vehículo cogiese algo de velocidad.

«Al llegar al precipicio el morro impactó contra una roca y el coche se elevó por la parte trasera quedándose suspendido en el aire. Lo más normal es que hubiese acabado en el agua pero ha tenido la suerte de quedarse enganchado por el lateral», apuntó al PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA un testigo presencial del aparatoso accidente.

Los más de 2.200 kilos de peso del todoterreno quedaron suspendidos sobre el acantilado. «No puedo ni coger las llaves porque cualquier movimiento puede conllevar que el coche acabe por precipitarse», apuntó el vecino de Barcelona propietario del vehículo. El todoterreno permaneció más de cuatro horas anclado en la zona y se convirtió en un punto de atracción de decenas de turistas, que se acercaron para inmortalizar la llamativa estampa. Curiosos que llegaban por tierra, la mayoría, y también había los que se aproximaban con lanchas desde las embarcaciones fondeadas. Unos y otros se preguntaban cómo el coche había acabado allí. La respuesta la tenía Pedro, quien subrayó que «todo ha quedado en un gran sobresalto» y en una imagen viral.