La investigación sobre la desaparición de Diana Quer en A Pobra do Caramiñal (A Coruña) se encuentra encallada un mes después de perderse el rastro de la joven madrileña de 18 años.

La joven se trasladó a A Pobra tras pasar unos días de vacaciones en Ibiza junto a su padre, cumpliendo con el reparto fijado tras el divorcio de Juan Carlos Quer y Diana López Pinel.

La investigación no avanza y los especialistas de la Guardia Civil está revisando las pesquisas obtenidas sobre testigos, feriantes, matrículas de vehículos y señales de teléfonos móviles.

La Guardia Civil, que emplea en la actualidad 33 efectivos y ha llegado a movilizar a 103 agentes al considerar de alto riesgo el caso, «sigue en busca de la pista que conduzca a un sospechoso sin descartar ninguna hipótesis».

La última vez que se vio a Diana Quer fue la madrugada del 22 de agosto. Su móvil se quedó sin batería pasadas las cuatro de la mañana. La joven veraneaba con su madre y su hermana Valeria en A Pobra, un pequeño municipio coruñés que celebraba una verbena veraniega.

Diana abandonó su hogar con escasos veinte euros y con su móvil, que apenas tenía batería y que se apagó en torno a las 4.15 horas. Es aquí cuando se esfuma definitivamente el rastro de la joven, ya que los investigadores únicamente pueden rastrear la señal de un móvil cuando tiene batería, aunque esté apagado.