Marcos Pérez y Katia Ferreiras desaparecieron el pasado noviembre en Cala Llonga. | ARCHIVO

El cuerpo hallado en la playa de Cullera no era el de Marcos Pérez de la Torre, el joven madrileño de 36 años desaparecido en noviembre en Cala Llonga junto a su pareja, Katia Ferreiras, cuyo cadáver fue localizado en diciembre en la misma playa de Cullera donde el domingo encontraron otro cuerpo en avanzado estado de descomposición.
Aunque en un principio se sospechaba que el cuerpo correspondía al joven desaparecido, la investigación de la Guardia Civil descartó esta posibilidad tras la reconstrucción de un huella dactilar en el departamento de criminalística.
Tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional tenían muestras de ADN de los familiares de Marcos Pérez, pero la huella dactilar descartó que se tratase del joven que residía desde hace años en Ibiza.
La autopsia certificó que el cuerpo no presentaba signos de violencia y ahora la Guardia Civil mantiene abiertas dos investigaciones. Por una parte trata de poner nombre al cadáver localizado y, por otra, continúa la investigación sobre la desaparición del joven madrileño.
Investigación
El cadáver fue hallado el domingo en la misma playa en la que se encontró en diciembre el de Katia, la pareja de Marcos. La localización en un punto cercano hizo pensar que se podría tratar del joven madrileño pero la investigación de criminalística lo descartó.
La familia de Marcos explicó que en su día les tomaron muestras de ADN y ahora continúan en la incertidumbre de saber qué pasó con su familiar. La investigación arrancó a mediados de noviembre tras la localización del coche de Marcos abandonado en Cala Llonga.