La Sección Tercera de la Audiencia de Jaén ha condenado a nueve años de prisión a F.J.R.L., de 24 años, por un delito de lesiones graves con el agravante de reincidencia después de dejar ciega a su propia madre como consecuencia de una paliza.

La sentencia, a la que ha accedido, establece como hechos probados que el 20 de enero de 2016 por motivos laborales el acusado y su madre se enzarzaron en Begíjar (Jaén) en una discusión que acabó en una brutal agresión donde la madre recibió «patadas por todo el cuerpo, incluso en la cara, así como fuertes cabezazos» hasta el punto de perder la visión completa del ojo izquierdo.

Aunque la madre declaró ante el tribunal que perdonó a su hijo desde el primer momento y lo excusó diciendo que había sido un incidente «fortuito», la sentencia rechaza que fuera un delito de lesiones por imprudencia del hijo tal y como reclamaba la defensa ya que el acusado «sabía lo que hacía y conocía el peligro generado por su acción».

Tampoco acepta el tribunal que el acusado actuara el legítima defensa por el bofetón que le dio su madre al inicio de la discusión. En este sentido, la sentencia apunta que el inicio del suceso fue «una riña mutuamente aceptada» donde queda excluida legalmente la legítima defensa ya que madre e hijo discutían por la forma de hacer los pedidos en el supermercado de Begíjar donde ambos trabajaban y del que era encargada la víctima.

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El fallo no recoge ningún tipo de indemnización en concepto de responsabilidad civil puesto así lo pidió la propia madre durante el juicio. «Yo no quiero nada, es mi hijo y se lo he perdonado desde el primer momento», indicó C.L.L, que no ha ejercido la acusación particular.

La sentencia establece también como accesoria, la prohibición para el acusado de comunicarse o acercarse a menos de 200 metros a su madre durante los próximos diez años, además de la prohibición de porte y tenencia de armas durante otros diez años.

Aunque según su propia madre no era la primera vez que le agredía, ésta defendió a su hijo durante todo el juicio diciendo que está «muy arrepentido» y que él siempre ha sido «un niño muy madrero» y que «para nada» lo considera agresivo.

Por su parte, F.J.R.L. dijo ante el tribunal estar «muy arrepentido» de lo ocurrido, pero se ha defendido argumentando que solo fue una discusión en la que su madre le dio un bofetón y acabaron dándose empujones con «la mala suerte» de que «chocamos las cabezas y le di en el ojo».

«Le pedí perdón en el mismo momento porque yo quiero a mi madre y no le quería hacer daño», dijo el joven. La sentencia no es firme y cabe recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).