Imagen de la devastadora huella que dejaron las llamas que redujeron a ferralla el autobús origen del siniestro, seis turismos y siete motos. | MARCELO SASTRE

«Fue algo muy fuerte. Un susto muy grande porque el resplandor era enorme y las llamas cada vez cogían más altura e iban de un lado para otro prendiendo coches, árboles y toldos. Pasamos dos horas muy malas, infernales». Así revivía ayer Fina Riera los momentos de angustia provocados por el incendio que la noche del miércoles convirtió buena parte de la calle des Polls en una inmesa pira alimentada por un autobús, seis turismos y siete motocicletas.

Fina recuerda que tras un primer resplandor, la calle se iluminó. «Fue todo muy rápido. Las llamas se extendieron rápidamente y lo teníamos tocando el balcón. Fue un susto enorme», subraya Fina contemplando tres coches completamente calcinados que a primera hora de ayer permanecían en la zona cero del siniestro. La amenaza de las llamas y la densa columna de humo obligó a desalojar las 14 viviendas del edificio más próximo al fuego. Entre los evacuados, la madre de Fina, de 97 años y con problemas de movilidad. «La Policía y los bomberos actuaron muy rápido y bajaron a mi madre en brazos», apuntó. Junto a Fina se encuentra Montse Arellano, quien mirando el escenario marcado por el negro y la ferralla todavía presente apunta que «no fue nada para lo que pudo haber sido. Lo siento por los que han perdido sus coches y sus motos, pero la realidad es que podía haber sido mucho peor», advierte.

Esta vecina del número 37 de la calle des Polls de Sant Jordi recuerda que fue su hija quien le llamó para decirle que veía fuego en la calle. «Miré por la ventana y las llamas eran enormes. Había mucho fuego y nos asustamos bastante porque pasados unos minutos se registraron varias explosiones. La tensión fue a más cuando vimos que prendió el árbol y los toldos del bar Roberto», relata Montse, quien advierte que los cristales de su balcón reventaron por las altas temperaturas. Eso sí, Montse se congratula por el cambio de última hora que hizo con su coche. «Normalmente aparco aquí, pero ayer no encontré sitio al llegar y lo dejé más alejado». Antonio Guerrero, camarero del bar Roberto, indicó que la situación fue «límite en cuestión de minutos. Buscamos extintores por la zona pero las llamas eran imparables y necesitaron tres camiones de bomberos», subrayó.

Noticias relacionadas

Investigación

El violento incendio se desató en torno a las 22.10 horas del miércoles. El humo negro emanando del motor del autobús se convirtió minutos después en una gran bola de fuego. Ayer, desde la empresa Alsa subrayaron que la actuación del chófer fue la correcta en estos casos y avanzaron que han abierto una investigación para aclarar la causa del incendio. Asimismo, resaltaron que el vehículo tenía unos diez años, la mitad de la vida que suelen tener estos vehículos.

Por su parte, la consellera de Mobilitat, Pepa Marí, advirtió que la flota que opera en la isla «no es la idónea porque estamos al final de unas concesiones y los operadores no tienen ningún aliciente para renovarlos». Incidió en el hecho de que el vehículo no se podía considerar viejo y que serán unos expertos llegados desde la península los que analicen qué provocó el incendio. Marí también apuntó que en algunos vehículos se están implementando sistemas que impidan los sobrecalentamiento del motor.

Policía Local de Sant Josep y Guardia Civil investigan un incendio que no causó heridos pero sí cuantiosos daños materiales en una noche infernal para los vecinos de la calle des Polls.