Más de cuatro años hacía que en Eivissa no existía una tienda de vinilos como tal; su distribución fue disminuyendo porque este soporte se descartó, ya que no se consideraba nueva tecnología.

No obstante, el amor por el vinilo no ha muerto y en la isla, se han vuelto a abrir varias tiendas que pretenden recoger la pasión por este tipo de material.

David Sánchez, junto a sus socios Mihai Nazarenco y Bogdan Mihai, son los propietarios de Can Vinilo situados en el corazón de Eivissa abrieron su tienda el pasado 27 de junio. Al mismo tiempo, Jonathan Tena, hizo lo mismo al otro lado de la ciudad, al inaugurar su tienda Mp12’’ dentro del complejo Flamingo Studios Ibiza, en los antiguos estudios de Ibiza Global Radio. Las dos tiendas están especializadas en la venta de vinilos, recuperando así, la esencia del sonido más puro y mágico que se haya podido conseguir.

«La sensación visual y energética que se crea cuando tu ves a alguien pinchar en vinilo, aunque sea invisible, es diferente, más personal y cercana», comenta Jonathan Tena.

La demanda existente de vinilos es un flanco que no está cubierto totalmente. Hay pocos lugares especializados en este tipo de mercancía y, aunque parezca algo desfasado, aún existe una clientela fija. «Compramos 3.000 euros de género y en diez días nos queda menos de la mitad», afirma David Sánchez.

La clave de este negocio, algo en lo que concuerdan los dos expertos, es hacer una buena selección de vinilos. Teniendo en cuenta que el público interesado es de lo más concreto, es necesario tener claro a qué clientes dirigirse. «Aquí viene de todo. Desde jóvenes que no quieren pasar por el tractor para empezar a pinchar, hasta a gente de 50 años que vienen buscando clásicos de Abba, Tina Turner, Marc Almond, etc.», explica Sánchez.

Desde Mp12’’, afirman que el sonido que venden es más atemporal: «Tenemos electrónica fuera de modas, también jazz, funk, ambient... de todo un poco, pero básicamente pretendemos servir a un cliente que le guste pinchar en vinilo y que, al venir aquí, encuentre un filtro de música súper estricto para poder satisfacer sus necesidades».

Al preguntar por la competencia que pudieran tener, los dos propietarios afirman que en este tipo de aventura no se considera a nadie un competidor. «En el vinilo no hay competencia, ojalá se abrieran más tiendas. La rivalidad en la música no existe, al fin y al cabo cada uno tiene su estilo y su criterio, tú vas haciendo la ruta natural de búsqueda de sonidos. Es como una especie de ritual», desarrolla Tena. Desde Can Vinilo afirman que de este modo se reactivará el mercado y es lo conveniente en estos tiempos.

El carácter del vinilo es algo muy personal y específico que no cualquier persona sabe apreciar y, mucho menos, transmitir. La apertura de estos espacios retoma el amor por el vinilo de muchos profesionales que consideran que el problema de este soporte no es que haya desparecido, sino que en España no se edita en este formato y por lo tanto, las nuevas tecnologías, y la rapidez de éstas, se han comido terreno a la pureza del vinilo.