Hoy ha empezado el día muy pronto. A las seis de la mañana ya estábamos con los ojos bien abiertos, salimos del hotel y desayunamos alguna cosa, un café con leche y unos donuts que nos ayudaran a aguantar un poco el ritmo de la mañana. ¡Arriba el colesterol!

Vamos hacia la avenida Jackson y andamos por el distrito financiero con dirección a Unión Station. Hoy por unas horas cambiaremos de ciudad y de Estado: vamos a Milwaukee (Missouri) a visitar el museo de la Harley Davidson.

Al llegar a la estación preguntamos y nos situamos para no tener ningún contratiempo de última hora, ¡todo controlado! Damos un paseo por la estación y vemos las famosas escaleras de la película Los intocables de Elliot Ness, donde se rodó la famosa secuencia del tiroteo y el bebé cayendo en su carrito por ellas. Foto de rigor y al tren.

Vamos por la costa bordeando el lago Michigan, grandes extensiones sembradas de maíz con sus respectivas granjas y silos son el paisaje. En una hora y media llegamos al destino, andamos unos 20 minutos y llegamos a la puerta, me muero por entrar (Luis no tanto, pero aguanta).

Una vez dentro te das cuenta de que aquello no es un museo, es una auténtica joyería con piezas únicas de un valor incalculable, motos, pósters, fotos y ropa de época forman un ambiente que para mí, que soy admirador de la marca me han dejado con la boca abierta.

De camino a Chicago montado en el tren (no en una fantástica moto) vamos de vuelta a la city. Decidimos darnos un paseo por una de las calles con más glamour de la ciudad: la North Michigan Avenue. Boutiques con firmas de primera línea donde sus escaparates ya presentan sus colecciones de invierno.

Hoy el día ya llega a su fin. Cenamos algo y nos retiramos hacia el hotel. Pasear de noche y contemplar Chicago con luna llena también tiene su encanto.

PD: lo de que en todas las habitaciones de los hoteles en EEUU hay una biblia en el cajón de la mesita no es una leyenda urbana.