La Maison ha decidido trasladar durante estas navidades de 2014 la conocida ‘Happy Hour’ de los bares y discotecas a su tienda de decoración de Eivissa. | (c) Sergio G. Canizares

La primera referencia que se tiene de un happy hour es del  4 de julio de 1961 en un bar de la ciudad argentina de Rosario. Esta urbe fue pionera en este tipo de acción de marketing que pronto se popularizó a otros lugares del planeta ofreciendo bebidas durante momentos concretos a un precio más barato.

Adaptando un poco el concepto original, La Maison de Eivissa pondrá en marcha su propio happy hour para incentivar las compras navideñas. La tienda de interiorismo y decoración ofrecerá a sus clientes una relajante taza de café con leche, chocolate o una copa de vino, según preferencia del consumidor, y algún dulce para que el visitante se sienta como en casa.

La experiencia comenzó ayer y se prolongará todos los jueves y viernes antes de Navidad, desde las 18,30 a las 20,00 horas, cuando cierre la tienda. «Utilizando el frío como pretexto, queremos crear un momento familiar y acogedor mientras tomas algo con los amigos y ya de paso, miras los regalos de navidad», explicó Iván Sandoval, encargado de diseño de la tienda.

A este respecto, La Maison ha preparado una selección de productos de decoración con un descuento del 20 por ciento en sus artículos de navidad. Por ejemplo hay velas de distintos colores, tamaños y formas, como una que tiene el perfil de un árbol y que se mueve e ilumina con el calor de la vela. Además, destacan los recién llegados cristales de Murano de artesanía fina o las figuras de cerámica de la artista afincada en Eivissa Kaori. «Tratamos de tener piezas únicas para dar exclusividad a nuestros clientes y por eso nuestro propio equipo diseña el 50 por ciento de nuestro inventario y el resto proviene de marcas traídas de Italia, Holanda, Francia o Dinamarca», comentó Sandoval al tiempo que explicó que muchos de sus clientes son extranjeros con segunda residencia en la isla.

Lado solidario

La Maison muestra también su cara más solidaria con los jabones de los niños con discapacidad de la Asociación ASPANADIF. «Ellos los fabrican a partir del material y de las pautas que les damos nosotros para la forma del molde o las características del aceite, el aroma y los colores”, explica Sandoval.

Todo lo recaudado con la venta de estos jabones se donará a la asociación.