Ayer por la tarde el salón de actos de la residencia Reina Sofía para personas mayores de Eivissa fue el escenario de la entrega de los diplomas a los alumnos que han formado parte durante este año del Centro Betania de Cáritas Diocesana de Eivissa y Formentera formado por una educadora social, dos monitoras sociales y cuatro voluntarios.

Durante el acto, que estuvo presidido por el obispo de la diócesis de Eivissa, Vicente Juan Segura, y el director de Cáritas Diocesana, Joan Marí Torres, se reconoció a todos aquellos que han superado con éxito los distintos cursos de educación de adultos informática, castellano, alfabetización, neo-lecto-escritura, catalán, inglés y actividad de cine-fórum que se han desarrollado en este programa.

Precisamente, según explicó el obispo Vicente Juan Segura, con Betania «se busca dar respuesta a las aspiraciones de superación de personas que, aunque en situación de mucha dificultad económica, laboral y social, no se resignan a permanecer en ella e intentan mejorar mediante la adquisición de conocimientos y habilidades que les permitan una mayor integración y un desarrollo personal en ámbitos importantes incluso para su vida familiar».

200 adultos y 40 niños

En este sentido, las actividades, que también han incluido la atención a niños y niñas con un programa de refuerzo escolar y otro de escuela de verano, se han desarrollado en Vila y en Santa Eulària, y han contado con la participación de unas 200 personas y 40 menores. En total, se han impartido cerca de 500 horas de clase a los adultos y casi 900 horas de atención a los niños y niñas.

Concretamente, y según explicó Cáritas, entre los mayores, la mayoría de los participantes han sido inmigrantes «a quienes se ha intentado facilitar capacidades y habilidades para su inserción social y laboral, así como potenciar su autonomía personal por su mejoramiento de las capacidades de lectura, escritura y expresión en castellano, catalán e inglés».

Por su parte, en cuanto a los niños y niñas, con Betania «se ha intentado dar respuesta a sus necesidades teniendo en cuenta la dimensión afectiva y las posibles dificultades que encuentran en su vida familiar y social». E incluso, se ha buscado «ofrecer al barrio de Ca’s Serres de un servicio y una infraestructura que den respuesta a las necesidades familiares en el ámbito educativo y de convivencia».