La Agrupación Astronómica de Eivissa (AAE) ha realizado un  descubierto de gran valor. Los investigadores de la AAE han hallado su segundo Asteroide Cercano a la Tierra (Near Earth Object, NEO), que ha quedado registrado por el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA con la denominación de 2015 JE11. Dicho descubriemiento figura ya en la última circular emitida por el Minor Planet Center (MPC) con la que esta entidad científica da a conocer los últimos cuerpos descubiertos dentro de esta categoría.

El 2015 JE11 es uno de los alrededor de 200 asteroides captados por el Telescopio de Cala d’Hort (TCH), propiedad del Consell d’Eivissa y gestionado por la AAE. Sin embargo, la particularidad de este astro reside en que los NEO son cuerpos especialmente cercanos a la Tierra, por lo que quedan inscritos en un registro especial y su órbita es objeto de un cuidadoso seguimiento por si sufrieran perturbaciones que pudieran acercarlos a nuestro planeta. En la actualidad, hay un total de 12.790 asteroides de este tipo detectados desde observatorios de todo el mundo, dos de ellos desde Eivissa.
En este sentido, Rubén Quejigo, portavoz de la AAE, destacó que «nos sentimos especialmente contentos con este nuevo descubrimiento y nos ilusiona sobremanera porque es algo poco usual». «Para nosotros, que somos una agrupación amateur, nos llena de orgullo haber podido ser los primeros en detectarlo y fotografiarlo, ya que los grandes telescopios que hay repartidos por el mundo nos dejan poco margen para este tipo de hallazgos», añadió.

Dicho asteroide se trata de una roca que, a tenor de su magnitud aparente (21,9) podría tener un tamaño relativamente pequeño, de entre 75 y 125 metros de longitud, bastante lejos de los asteroides de alrededor de 14 kilómetros que ha llegado a descubrir la AAE en órbitas más habituales. Se desplaza por el espacio a una velocidad media de 16,9 kilómetros por segundo. El 2015 JE11 está cruzando actualmente entre las órbitas de la Tierra y Marte, y el máximo acercamiento a nuestro planeta se produjo entre el 10 y el 15 de abril, cuando el objeto rocsoso pasó a 31,5 millones de kilómetros de la Tierra, distancia relativamente corta en términos astronómicos.

El objeto fue descubierto en la noche del 12 al 13 de mayo durante una sesión rutinaria de prospección fotográfica del cielo de Cala d’Hort con el observatorio allí existente. Al apuntar a la constelación de Hércules, el posterior examen de las fotografías obtenidas en dicha región celeste reveló la presencia de un asteroide no catalogado hasta ese momento y cuyos datos fueron remitidos al Minor Planet Center, que posteriormente certificó su condición de NEO.

Su órbita alrededor del Sol es bastante excéntrica (la elipse que forma es bastante acusada) y tras pasar cerca de la Tierra tiende a hacerlo aún más cerca del planeta Júpiter, hasta el punto de que el planeta gigante puede llegar a afectar seguramente a su órbita y cambiarla debido a su fuerza gravitatoria. La mayor parte de los asteroides conocidos se encuentra dentro del llamado Gran Cinturón de Asteroides que existe entre las órbitas de Marte y Júpiter, pero un buen número de rocas son localizadas fuera de esa zona, recorriendo los planetas interiores del Sistema Solar, por lo que son objeto de un especial análisis y seguimiento.

El 2015 JE11, según explicó el portavoz de la AAE «está catalogado dentro de una de las tres familias de asteroides NEO que existen: Atón, Apolo y Amor, que van en una escala descendente de mayor a menor peligro para la Tierra, según sea la trayectoria de su órbita y si se acercan o no a la órbita terrestre».     

Por lo tanto, según han testado los científicos e investigadores, no existe peligro ni riesgo de que el 2015 JE11 pueda colisionar contra la Tierra si se mantienen sus parámetros orbitales actuales. «En el caso que nos atañe, el 2015 JE11, está dentro de la familia Amor, es decir, que su órbita elíptica es excéntrica y no cruza el exterior de la órbita terrestre, aunque no por ello hay que ser descuidados y dejar de vigilarlo y de hacerle un seguimiento a su desplazamiento», subrayó Rubén Quejigo.  

Actualmente, en la AAE trabajan  entre 5 y 6 investigadores especializados en astrometría, que cada noche realizan capturas fotográficas que luego son montadas en «una especie de película animada que nos permite observar con detenimiento si entra algún cuerpo raro en esa zona que estudiamos y saber si ya ha sido descubierto o no», conluyó el portavoz de la AEE.