Imagen de un eclipse lunar.

Este fenómeno que, según los expertos «se genera debido a un alineamiento del Sol, la Tierra y la Luna, sólo cuando hay fase de luna llena», será el segundo y último del año y no se podrá contemplar de nuevo hasta 2018. «Aunque en principio debería haber un eclipse todos los meses, sólo hay uno o dos cada año, coincidiendo con el ciclo de los saros (223 lunas, 6585.32 días y aproximadamente 18 años y 11 días), debido a que la órbita lunar está inclinada respecto al plano de la eclíptica, lo que provoca que, normalmente, en cada luna llena nuestro satélite se encuentre un poco por encima o por debajo del plano de la órbita terrestre», aseguran los expertos consultados por este periódico.

En este sentido, los astrónomos aseguran que los eclipses vuelven a repetirse de forma cíclica cuando, al acabar el ciclo de saros, «los dos planetas regresan a la misma posición en sus órbitas» y cuando «la Luna atraviesa el cono de sombra generado por la Tierra».

Aún así, los expertos han dejado claro que «la luna no se oscurecerá totalmente, sino que tomará un color rojizo, de ahí el apelativo popular de ‘luna de sangre’». Concretamente, ese color se debe «a la difracción y dispersión que produce la atmósfera de la Tierra en la luz solar y que si dicha atmósfera no existiese, en cada eclipse total de Luna esta desaparecería completamente».

Asimismo y dado que la órbita de la Luna alrededor de la Tierra no es circular, sino elíptica, «habrá momentos en los que esta pasa más lejos o más cerca de la Tierra». Es entonces cuando se dice que está en el apogeo y en el perigeo, respectivamente. Y el día 28 de septiembre, en Eivissa, pasará por el perigeo, «lo que hará que su tamaño, y, sobre todo, su brillo, sea mayor de lo normal».

Otoño astronómico

Este eclipse está dentro del otoño astronómico y que según el Observatorio Astronómico Nacional (OAN) comenzó ayer a las 10.21, hora peninsular y tendrá una duración de 89 días y 20 horas, concluyendo el 22 de diciembre con el inicio del invierno.

Según los astrónomos este otoño «será generoso en eventos astronómicos» ya que se podrá disfrutar de diversas lluvias de estrellas. La primera importante será la de las dracónidas, cuyo máximo se producirá hacia el 8 de octubre, la segunda la de las leónidas, alrededor del 17 de noviembre, y la última la de las gemínidas, alrededor del 13 de diciembre.

Además, la primera luna llena otoñal será el 28 de septiembre coincidiendo con el eclipse total, y las siguientes llegarán 29 o 30 días después, es decir, las noches del 27 de octubre y del 25 de noviembre. Asimismo, los amantes de la astronomía han de saber que el cielo matutino estará dominado por los planetas Venus, muy brillante al comienzo de la estación, Marte, Júpiter y Saturno al final del otoño. Precisamente este último planeta será el protagonista de la noche de este otoño hasta mediados de noviembre. Y finalmente, en cuanto a las constelaciones, alrededor de la estrella Polar, se verán Cisne, Casiopea, Osa Menor y Jirafa.