Una espectacular recración de un duelo entre magos fue el hilo argumental de Akasha, el espectáculo acrobático con el que a las 11 de la mañana daba inicio una nueva edición de Eivissa Medieval, el festival creado para conmemorar la declaración de Dalt Vila y las praderas de posidonia como Patrimonio de la Humanidad. Desde ese momento y hasta la noche del domingo el casco antiguo de la ciudad se transforma en un inmenso túnel del tiempo con el que revivir aquella época a través de la artesanía, la música y los diferentes espectáculos programados.