A las 09.30 horas, puntuales, un total de 440 alumnos, profesores y algunos padres del colegio de Puig d’en Valls, salían juntos del centro para celebrar la festividad de tots sants con una trencada de frutos secos al aire libre.

La de ayer, era la primera vez que el centro celebraba de manera conjunta esta festividad, y la primera también, que lo hacían en el Polígono de Montecristo. Si bien todos los años se hacían salidas por ciclos, o bien hasta el molino de Puig d’en Valls o hasta el parque de al lado del colegio, tal y como indicó la directora del centro educativo, Edu Sánchez Meroño, esta vez se aventuraron “a hacer una excursión más larga, para disfrutar de un día de convivencia”.

Eso sí, mientras que los más pequeños, de Educación Infantil y Primero y Segundo Primaria, se dirigían hasta el punto de encuentro en autobús, el resto de alumnos del colegio fueron más valientes y lo hicieron a pie, recorriendo la ruta de poco más de 2 kilómetros que separa el colegio del polígono por una ruta por caminos con poco, o nulo, tráfico de vehículos.

Además, la larga fila de alumnos fue encabezada por cuatro guías, tres alumnos de Sexto, Germán Tur y dos tocayos de nombre Marc Torres, y una pequeña de Tercero, Judith Marí. Los cuatro, al conocer la zona, se mostraron voluntarios para llevar hasta el lugar en cuestión, al resto de compañeros.

“Yo conozco la zona porque mi abuela vive por aquí”, aseguró Marc Torres. Por su parte, Germán, quien aseguró que “en verano me muevo por aquí en bicicleta” se mostró contento por salir del centro y “descansar de las aulas y de paso conocer también la naturaleza”.

Así mismo, y de forma totalmente alternativa, durante la semana, los más pequeños del centro han realizado panellets, mientras que el resto de alumnado ha preparado la salida elaborando la ruta y utilizando Google Earth “para ver la distancia y la elevación del terreno, que es de 54 metros”, señaló la directora del colegio, Edu Sánchez Meroño.

Finalmente, una vez en el bosque todos los alumnos, armados con un cucurucho decorado por ellos mismos y con frutos secos elaborados para la ocasión, disfrutaron de una mañana de convivencia, naturaleza, juegos y alimentos a lo grande.