El emisario de Talamanca y su brida se dejó ver en el carnaval de Sant Antoni. Foto: DE

A la segunda sí fue la vencida y ayer por la tarde pudo celebrarse la rua de carnaval de Sant Antoni, después de que el martes pasado se suspendiera debido al mal tiempo. Afortunadamente ayer lució el sol, aunque con un poco de aire y frío, y las calles del municipio acogieron a las 2272 personas que repartidas en 35 grupos participaron en el desfile. Un gran éxito de participación al que ayudó la ampliación del plazo de inscripción debido al retraso en la celebración.

A las 17.30 horas de la tarde y con un gran ambiente en el pueblo, partía la alocada comitiva desde la avenida Dr. Fleming. En ella no faltaron ni las dos cabras supervivientes de Es Vedrà, armadas con ametralladoras por si las moscas. El desfile lo encabezó la Asociación de Vecinos de San Pablo, con Priscila, La Reina del Desierto y una gran puesta en escena. Detrás de ellos venían los bichitos del club social Bichos a la que seguía una original ducha portátil para quien quisiera refrescarse. Los vikingos de Vincoix, del colegio Can Coix, fue una de las más concurridas carrozas, con un gran número de niños que se portaron muy bien durante el desfile y en la que incluso el mismo dios Odín estaba representado.

Dos singulares maléficas caminaban unos pasos más atrás seguidas de los Jedis de l’Urgell y su guerra de las galaxias, todo un clásico durante estos carnavales ya que también participaron en Sant Josep y Vila. También repitió la crítica comparsa de la Asociació de Cartaginesos y Romanos, con su carroza La Mar Cagada, en la que incluso se pudo ver el imprescindible emisario.

Detrás, Ens Ataquen els Indis del colegio Can Boned destacaron por su gran y original caballo de mentira subido a la carroza, por su homenaje a aquella civilización desaparecida que tanto hemos visto en las películas del Oeste, y por lo bien que se lo pasaron durante la marcha los padres, las madres y los niños. Al colegio Can Boned le siguió la Amipa Es Vedrá y sus comecocos tirando confeti, los cuquets, del centro infantil Bichitos y el numeroso Jardí Sense Fi del colegio Sant Rafel, con su colorido jardín de tulipanes, girasoles y otras flores.

Mientras, Galactic Guillem puso la nota vistosa con su atuendo llamativo y espacial en la que no faltó ni la pequeña nave con su original cúpula elaborada con vasos de plástico y hasta un jeep con radiotransmisores y satélites intergalácticos. Como es habitual, el club náutico de Sant Antoni también quiso participar y lo hizo homenajeando al cine y a las salas de cine con su Nautuiccinema que precedía a Cuéntame un Cuento la comparsa del colegio de la Santísima Trinidad que llevaba con ellos nada menos que tres carrozas, en las que se daba vida al cuento de Blancanieves y los siete enanitos.

Aún así, la nota artística la puso el colegio Buscastell, con Mira Miró y sus figuras que recordaban a los cuadros de este artista. También numerosa y vistosa fue la carroza y desfile del Quartó de Portmany recordando a los Estados Unidos y en la que no faltaron ni las Cheers Leaders, la misma estatua de la libertad, un coro góspel, los jugadores de fútbol americano, algunos astronautas, un grupo de Amish, el FBI, ni el mismísimo coche presidencial del presidente Kenedy y su esposa Jackie. Y aún así, quienes se llevaron la palma con la coreografía no pudieron ser otros que los estudios de danza Capricorn y su cabaret, los piratas del Caribe de Paso a Paso, y Save the Planet de Dream Dance, que con mucha marcha y disciplina pusieron el toque profesional al baile. Y por supuesto, tampoco faltó a su cita la carroza de Piruleto, en este caso con una gran casa de Blancanieves.