La mañana de ayer en la isla de Eivissa fue la de las palmas, la borriquita y la de un protagonista imprevisto, un niño de tres años de nombre Sebastián que acaparó sin quererlo buena parte de los flashes de esta jornada matinal de Semana Santa.

Pero vamos por partes, que el día de ayer fue intenso en lo que a actos se refiere. Los más madrugadores fueron los que acudieron hasta la iglesia de Santo Domingo de Dalt Vila, conocida popularmente como el Convent entre los ibicencos con más solera, para ver cómo el Obispo de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura, procedía a la bendición de palmas en un acto que organizan de forma conjunta las cofradías de Nuestra Señora de los Dolores y el Santo Cristo Yacente, ambas con sede en la Catedral.

Fue el prolegómeno de la primera procesión de la mañana. En este caso una decena de fieles cargados con sus palmas y ramas de olivo en sus manos, y bajo el ritmo que marcaba la Agrupación Musical del Cristo Yacente, terminaron en el templo consagrado a Nuestra Señora de las Nieves.

Así, hubo que esperar a que esta banda descendiera de Dalt Vila y llegar hasta Sant Elm para poder ver salir a la segunda procesión de la jornada, la conocida popularmente como la de la Borriquita, organizada de forma conjunta por las cofradías del Santísimo Cristo del Cementerio y Nuestra Señora de la Piedad.

En esta ocasión, y a diferencia de otros años, la pequeña plaza que hay junto a la puerta lateral de este templo del barrio de la Marina presentó un aspecto algo bastante desangelado. Apenas una veintena de fieles y curiosos vieron a las once de la mañana como seis mujeres delante y cuatro hombres detrás sacaban a la imagen que simboliza la entrada de Jesús en Jerusalén a lomos de un pequeño burro. Eso sí, cada uno de ellos portaba su correspondiente teléfono móvil para inmortalizar el momento y subirlo a las redes sociales casi a tiempo real, incluyendo varias señoras mayores que demostraron que las tecnologías no se le daban nada mal.

Afortundamente el ambiente mejoró un poco tras los primeros pasos y en cuanto la procesión recorrió los primeros metros, enfiló la calle Mestre Joan Mayans hacia el Mercat Vell y el Portal de Ses Taules, en buena parte provocado por la presencia de una veintena de turistas del Imserso.

Precisamente fue durante esta primera parte del recorrido cuando apareció uno de los grandes protagonistas de la jornada, el pequeño Sebastián. Y es que este pequeño de apenas tres años de edad era el encargado de ir abriendo camino a la Agrupación Musical del Santísimo Cristo del Cementerio justo detrás de los diez fieles que portaban la imagen de la Borriquita y los representantes de las dos cofradías organizadoras. Con un uniforme hecho a medida igual que el de los mayores, salvo por unas mangas de esas que los padres llaman crecederas, el pequeño Sebastián marchó tan feliz, ajeno a todos los objetivos de los teléfonos móviles que le inmortalizaban y los comentarios de los curiosos y devotos que siguieron la procesión. Eso sí, la más orgullosa de todos, su madre, quien no perdió detalle estando pendiente de su hijo en todo momento, cargando en ocasiones con la pequeña trompeta de Sebastián.

Finalmente, esta procesión terminó como viene siendo habitual en la iglesia de Santo Domingo, dejando imágenes muy bonitas para los amantes de la fotografía, sobre todo a su paso por el Portal de Ses Taules  y su discurrir al pie de las murallas.

Los actos matutinos en Eivissa también tuvieron otro importante punto de encuentro en el Parque de la Paz de Vila. En esta ocasión la bendición de palmas organizada por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder comenzó en torno a las 10.00 horas y en ella participaron unas 200 personas, muchos de ellos niños.

Después, se celebró una pequeña procesión con la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder por las calles de Es Clot y Ses Figueretes que terminó en una abarrotada iglesia de la Mare de Déu del Roser i Sant Ciríac, donde se ofició una misa oficiada por el párroco de la parroquia, Francesc Torres Peters. La celebración tuvo un marcado carácter andaluz y estuvo amenizada por un coro rociero. Finalmente, la jornada festiva organizada por esta cofradía terminó con un concierto de la Agrupación Musical Dolores Ibiza en el interior de la misma iglesia.

Santa Eulària y Jesús

Pero no solo en la localidad de Eivissa se celebró el Domingo de Ramos. Por ejemplo, Jesús, lugar donde tradicionalmente se celebra uno de los talleres de palmas con más solera de toda la isla también celebró su bendición de palmas y sus posterior procesión, en este caso por los alrededores de la iglesia de la localidad.

Finalmente, en Santa Eulària también hubo procesión matinal. Salió de la capilla de Lourdes en torno a las 10.30 horas y terminó en el Puig de Missa, siendo seguida por cientos de personas, muchos de ellos niños y niñas de distintas edades.

Además, en la cabecera de la marcha iba un actor haciendo de Jesucristo – Jesús Ángel Ramos, el mismo que se mete en el papel de Jesucristo durante el Vía Crucis viviente que se celebra en la localidad la mañana del Viernes Santo – junto a la burra de verdad, y a muchos otros ‘extras’ vestidos de época para la ocasión.