El hijo de Fernando Ferré, único de los dos detenidos que estuvo en el registro de las oficinas de la empresa.

Una quincena de especialistas de la Agencia Tributaria, apoyados por agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de Aduanas, y bajo la supervisión de dos fiscales anticorrupción, Miguel Àngel Subirán y Pedro Hoorach, y de una comisión Judicial del Juzgado de Instrucción número 4 de Eivissa, comenzaron al mediodía de ayer el registro en la sede social del Grupo Playa Sol (GPS) en el polígono de es Gorg de Vila.
El dueño de los casi 60 hoteles (unas 17.000 plazas) afectados en la Isla por una investigación basada en cargos por blanqueo de dinero, fraude fiscal y falsedad documental no estuvo presente. Fernando Ferré Cardó, de 66 años, fue hospitalizado después de que el empresario, tras su arresto anteayer, comunicara, una indisposición que podría afectar la dolencia cardiaca que se le atribuye.
Un truco que se repite
Lo mismo ocurrió hace tres años cuando la policía le detuvo tras la redada que se llevó cabo en agosto de 2006 en dos de sus hoteles de Cala de Bou donde se encontró a una treintena de trabajadores ilegales. Ferré convaleció en el hopital durante semanas. La Justicia resolvió con dos años de cárcel la causa que pesó entonces contra Ferré Cardó por estos hechos.
El otro detenido en la operación, Fernando Ferrer Garnacho, de 30 años, hijo del anterior, sí estuvo presente. La policía lo escoltó hasta las dos y media de la tarde, hora en la que se interrumpió el registro para reanudarlo durante la tarde.
El caso se encuentra bajo secreto de sumario y el contenido de las acusaciones contra el empresario no han trascendido. Las fuentes relacionadas con la investigación, sin embargo, volvían a hablar ayer de un fraude en impuestos que ronda entre los 15 y los 30 millones de euros.
'Agujeros'
Asimismo vinculan al empresario, investigado también por la Fiscalía de Eivissa por un fraude a la Seguridad Social de 120.000 euros por los negocios de Ferré en Chequia, con la adquisición de numerosos inmobles de gran valor (alguno pagado en efectivo) con dinero cuya procedencia es más que dudosa.
Visto el volumen de documentación que se está requisando y la posibilidad de más registros en las propiedades de Ferré (ayer, horas después de los realizados en los domicilios particulares de los acusados, se efectuó una inspección en uno de los hoteles), los investigadores tienen previsto permanecer al menos hasta mañana en la Isla. Luego, vendrá el trabajo más arduo, el examen de la documentación, incluida de la que se intentaron deshacer los sospechosos, una tarea que se prolongará durante semanas, según todas las fuentes.