Hasta hace muy poco Pablo Valdés era el biólogo del Aquàrium de Cap Blanc. Era ese chico simpático y agradable que tan pronto te informaba sobre la liberación de una tortuga boba que había sido curada en el centro que te ponía una cervecita fría tras la barra. Incluso, era habitual verle algo agobiado, cargado con los platos de sardinas y ensalada pagesa que se sirven allí en verano. Sin embargo, la vida de nuestro aspirante a Sardina Negra de esta semana cambió por completo cuando a mediados del 2015 decidió poner en marcha, junto a una serie de amigos y vecinos enfadados con la situación que vivía su municipio, el grupo Reinicia Sant Antoni. Un grupo que empezó a través de las redes sociales y que acabó creciendo tanto que se convirtió en un partido político, aunque a Valdés no le guste llamarlo así.

Lo cierto es que su idea caló tan hondo entre la ciudadanía del municipio que contra todo pronóstico consiguieron unos magníficos resultados electorales y ahora, junto a Raúl Díaz, Francisco Tienda o Antonio Lorenzo, forma parte del equipo de Gobierno, siendo además de concejal de Limpieza, Medio Ambiente y Vía Pública, primer Teniente de Alcalde de Sant Antoni.

Nacido hace 31 años, este joven que tiene una hermana y un hermano, y cuyos padres trabajan como recepcionistas de hotel, destaca sobre todo por su hablar calmado y por una enorme timidez a la hora de posar ante las cámaras de fotos. Criado en el campo, donde vivió una infancia «algo asilvestrada, construyendo casetas», tras su paso por el colegio Santíssima Trinitat de Sant Antoni y por el instituto Quartó de Portmany se calmó un poco y decidió marcharse a la Universitat Autónoma de Barcelona a estudiar Biología. Allí se licenció en la especialidad de Genética, trabajó de camarero en una cafetería y tras una relación «amor odio» con la isla decidió regresar a su casa donde, de momento, se va a quedar hasta que termine la legislatura.

Todo esto y mucho más nos contó Pablo Valdés durante una charla amena y divertida en la terraza del Ritas Cantina de Sant Antoni. Una charla, junto a un té y un café con leche, que le sirvió para convertirse en el segundo Sardina Negra de este mes de abril.

—Buenos días. ¿Qué hace un biólogo especialista en Genética como Primer Teniente de Alcalde de Sant Antoni?

—(risas) Pues me lo pregunto más veces de las que se piensa. Lo cierto es que todo se lo debo a una aventura que empezamos cuatro locos a los que no nos gustaba como se estaba trabajando en el municipio de Sant Antoni y que se ha convertido en algo tan grande que nos ha permitido formar parte del equipo de Gobierno.

—¿Cuando comenzó Reinicia Sant Antoni se esperaba llegar hasta aquí?

—La verdad que no. Tenga en cuenta que todo comenzó con una página de Facebook de gente indignada. Luego le fuimos dando continuidad, íbamos a los plenos, empezamos a involucrarnos en la política municipal para intentar convertir a Sant Antoni en algo mejor y casi sin darnos cuenta nos presentamos a las elecciones.

—Además lo hicieron con su propia marca. ¿Por qué decidieron ir por libre?

—Sinceramente porque ninguna de las formaciones con las que entablamos conversación nos convenció lo suficiente. Además, no nos queríamos vender a nadie.

—¿Se esperaban los resultados que obtuvieron?

—Pues no. Creíamos que como mucho conseguiríamos uno o dos regidores. Nada más.

—Pero usted ha llegado a ser alcalde, en funciones, pero alcalde...

—(risas) La verdad que sí. ¿Quién me lo iba a decir?

—Incluso le hemos visto en primera fila de la iglesia mientras presidía el día grande de Santa Agnès. Fue muy comentada esa fotografía.

—¿Por qué? No creo que haya nada malo en ello. Es simplemente una cuestión de respeto hacia los ciudadanos del municipio y al cargo que ostentas. Otra cosa es lo que yo piense o defienda en mi vida privada, pero mientras represente a un ayuntamiento no tendré problemas en entrar en una iglesia. No me supone ningún drama.

—¿E ir con americana?

—(risas). Tampoco, la verdad. Aunque si he de confesarle que me compré la primera americana de mi vida para el día de nuestra investidura como concejales en el ayuntamiento. Y ahora hasta tengo dos para ir combinando cuando es necesario. Estamos en lo mismo, es una cuestión de respeto hacia la institución y los votantes.

—¿Y cómo se ve con americana? No parece muy de su estilo...

—(risas) Al principio un poco raro, pero ahora cada vez mejor. Eso sí intento personalizar mi look, no quiero parecer muy clásico. De todos modos, la que está más contenta de verme así es mi madre (risas).

—Hablando de clásicos. ¿Figuras como la suya o la de Rafa Ruiz en Vila están cambiando la política?

—No sé si tanto. Pero lo intentamos.

—Hay quien dice que son ustedes dos los políticos más sexis de la isla...

—(risas) ¿En serio? Él puede, ¿pero yo? Será porque somos jóvenes y tenemos un perfil a la hora de vestir o hablar distinto al que la gente está acostumbrada. Yo creo que mucha gente aún asocia la figura de un alcalde a la de, por ejemplo, Pep Cires.

—Tal vez alguien sin tatuajes como los que llevamos usted y yo. Por cierto, ¿cuántos tatuajes tiene?

—(risas) Pues tengo cuatro. Tal vez el que más se ve es un pez que llevo en el lado izquierdo del cuello. Me lo hice un poco por casualidad. Entré a acompañar a un amigo y al final el que acabé tatuado fui yo. Decidí hacerme un pez porque me encantan estos animales y porque va un poco con mi signo del zodiaco, Acuario. Además, tengo otro en el tobillo que es un mono, un animal que también me gusta mucho.

—¿Tendríamos que aprender mucho los seres humanos de los animales?

—La verdad que sí. No se olvide que se ha demostrado que el ser humano es el animal más dañino que hay sobre la tierra.

—Hablando de animales... ¿No echa de menos su trabajo en el Aquarium de Cap Blanc?

—(risas) En ocasiones. Pero bueno, ahora estoy centrado en la política, al menos hasta que acabe la legislatura. Después no se que será de mi vida. Espero no dejar muchos enemigos cuando termine y poder reengancharme a algo después. Lo que no quiero es seguir muchos años en política.

—¿Le ha cambiado mucho la vida?

—Lo cierto es que no. Sigo haciendo lo mismo que hacía antes sin ningún problema. Además, no empezamos a ser conocidos con nuestra llegada al Ayuntamiento sino cuando empezamos con el grupo de Reinicia Sant Antoni. Y es que al final el pueblo es un sitio muy pequeño donde nos conocemos todos, y más si se es de aquí de toda la vida.

—Usted que es joven. ¿Cuándo sale de marcha o sale a cenar se encuentra con mucha gente que le pide que cambie cosas o puede hacerlo con tranquilidad?

—(risas) Hombre, no es habitual. Me ha pasado en ocasiones y siempre he intentado escucharles, siempre y cuando se dirijan a mi con respeto. Eso sí, a veces hay que dejar claro que uno no es político ni concejal las 24 horas del día.

—Sobre la política. ¿Se la imaginaba así cuando la veía desde fuera?

—Lo cierto es que todo es mucho más complicado cuando se está dentro. Sobre todo te encuentras mucha burocracia y con mil filtros por los que hay que pasar y de los que ni siquiera habías oído hablar. Te das cuenta que no todo es tan fácil como decir «lo hago y punto» y que, incluso, se tienen que alinear todos los astros para conseguir tu objetivo. En este sentido creo que falta un poco de pedagogía para explicar todo esto al ciudadano.

—¿Y los plenos municipales? ¿Cómo son desde dentro?

—Pues en esto también hay bastante leyenda urbana. Son menos pesados de lo que uno se cree cuando los ve como espectador. Al final no deja de ser un poco de postureo político para explicar todo el trabajo que se ha hecho durante todo el mes. Cuando estás dentro del Ayuntamiento te das cuenta que lo importante es el trabajo que no se ve y que se hace diariamente.

—Pero no me negará que en ocasiones se sube bastante el volumen y hay mucha crispación...

—(risas). Pues como en todos los lados. Pero creo que hemos conseguido rebajar el nivel de crispación con respeto a otras legislaturas. Ahora creo que todo es más tranquilo.

—Ustedes siempre han presumido de ser dialogantes y de escuchar a la población. ¿La gente de Sant Antoni percibe eso? ¿Los vecinos participan?

—Pues la verdad que no mucho. Nosotros como Reinicia Sant Antoni intentamos hacer asambleas mensuales o cada dos semanas pero a la gente de nuestro pueblo le cuesta participar. Incluso, cuando hacemos campañas para que entiendan que el Ayuntamiento está abierto para ellos, les cuesta acercarse a mostrar sus dudas y hablar con nosotros. En fin, seguiremos trabajando.

—¿Y entonces hacia dónde cree que va Sant Antoni?

—Esa es una buena pregunta porque no se si tiene una fácil respuesta.

—Pero parece claro que todos sabemos cuales son sus problemas principales...

—Sí, pero luego solucionarlos no es tan fácil. Cuando estás en el gobierno piensas que llevas razón y que lo tuyo es lo correcto pero luego hay más de treinta puntos de vista distintos y hay que analizarlos todos con mucha calma. Ya le digo, todo es mucho más complicado de lo que parece. Eso sí, si queremos cambiar algo ahora es el momento. Nunca ha habido un contexto tan favorable como el actual.

EL TEST

Un libro

‘Un, dos, tres se lo que estás pensando’ de John Verdon

Una película

Mi vida sin mi de Isabel Coixet

Una serie

Gotham

Un grupo o un cantante

Zahara

Un color

Azul

Un plato de cocina

Cualquier plato que sea de cocina tailandesa

Un deporte

No soy muy deportista pero si me tengo que quedar con uno que sea el ciclismo

Un lugar de la isla donde perderse

El norte. Tal vez por esa faceta tan desconocida para muchos

Un viaje que nunca olvidará

El último que he hecho. Fui a Canarias y me lo he pasado genial haciendo el guiri

Una manía

Ninguna en particular. Tal vez las que derivan de vivir solo

Un defecto

Soy muy vehemente y en ocasiones cuando defiendo algo de lo que estoy convencido me pierden las formas

Una virtud

Soy transparente y actuó sin filtros

Un sueño por cumplir

Que tras este tiempo en el municipio haya cambiado para bien

Alguien a quien admire

A cualquiera que se quiera meter en política sea del partido que sea porque me he dado cuenta que no es nada fácil

LA PREGUNTA

-¿Son ese grupo incómodo que hay dentro del Ayuntamiento?

-En absoluto. Somos solo un grupo de vecinos jóvenes que acabamos en política para mejorar las cosas que se estaban haciendo hasta entonces en Sant Antoni. Eso sí, lo bueno s que los miembros de nuestro grupo somos más un grupo de amigos y eso te ayuda a no sentirte solo. Además, no solo entre nosotros hay buen rollo. También lo hay entre los 13 miembros del equipo de Gobierno y eso también es muy importante, al menos para mí, porque no podría trabajar jamás en un lugar donde no haya buen ambiente.