El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió ayer la búsqueda de un nuevo mecanismo de financiación para luchar contra el hambre y la pobreza en todo el mundo y subrayó que Àfrica sigue siendo «la asignatura pendiente». Zapatero hizo estas consideraciones en la reunión que mantuvo ayer en el Palacio de la Moncloa con los integrantes del Grupo de Impulso de los Objetivos del Milenio de la ONU, que se han reunido en Madrid.

Sólo ha faltado a esa cita el presidente de Ruanda, Paul Kagame, tras la polémica surgida por el hecho de que co-presidiera esa reunión cuando ha estado imputado por genocidio por la Audiencia Nacional que, entre otras cosas, le acusaba de estar implicado en la muerte de varios españoles.

«Sensible»

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, destacó que Zapatero ha sido «sensible» al atender a la petición de algunos grupos para que no recibiera a Kagame. Por su parte, el portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, reconoció que le «incomoda» la presencia del ruandés en España porque «parecer que tiene un pasado más que turbio, tremendo en Ruanda» y añadió que tiene «muy claro» que su opinión «de los presuntos genocidas es la peor de las posibles».

Zapatero se limitó a hablar de la reunión y destacó como tareas fundamentales hasta la cumbre sobre los Objetivos del Milenio en Nueva York en septiembre, sumar esfuerzos en la sociedad para luchar contra la pobreza y el hambre y que esos objetivos se conviertan en un gran foco de atención mundial. Por ejemplo, defendió que este asunto esté presente en las grandes cumbres, como las del G-20.

En nombre de todos los participantes, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, agradeció a Zapatero el liderazgo de España en la lucha por cumplir los Objetivos del Milenio.

Varios de los intervinientes defendieron también que los países desarrollados cumplan con sus compromisos en materia de financiación y de concienciación de la opinión pública, y en la necesidad de buscar nuevas fuentes de financiación.

En ese sentido, el actor Antonio Banderas, embajador de buena voluntad del Programa de la ONU para el desarrollo, consideró muy importante trabajar para la implicación en esos objetivos de personalidades del mundo de las artes, la cultura y la comunicación.